— Vos me pegás porque sos más fuerte. — Y vos me ponés violento porque sos más inteligente
11 comentarios:
Anónimo
dijo...
En la época que vivimos la fuerza sigue siendo efectiva pero cada vez menos frente a la inteligencia. Las sociedades parece que se fueran volcando progresivamente hacia la fuerza del conocimiento, de la inteligencia desplazando a la fuerza bruta. Sin embargo estamos muy lejos de que ésta desaparezca.
Es probable que todo tienda a un equilibrio: La fuerza se equipara a la inteligencia. Sin embargo ésta debe estar faltándole bastante todavía porque tiene que ser subsidiada por la publicidad en contra que se le hace a la violencia. Sin la denostación de la violencia quizá la inteligencia perdería más veces de las que pierde.
Este breve diálogo puede estar enunciando porqué se da la violencia doméstica: Las mujeres apelan a su capacidad verbal que la mayoría de los hombres no tiene tan bien desarrollada y por eso reacciona con lo que sí tiene bien desarrollados: los músculos.
Mi marido Ludovica no tenía poco vocabulario, tenía más vocabulario que yo, pero le gustaba pegarme, maltratarme, marcarme el cuerpo con moretones. No tenía ningún justificativo. Sólo tenía una explicación: era una bestia y un sádico que debería estar internado para que no siga estropeando mujeres para después pedir perdón mil veces y otras tantas reincidir hasta que la infeliz se harte, deje de tenerle miedo, lo denuncie y pueda librarse de esa porquería humana.
El que habla primero denuncia que el otro usa la fuerza aunque no tiene razón. Éste le responde confesándole que le pega porque envidia su inteligencia.
Esta es un interpretación posible. Puede haber otras.
_ Vos me ponés violenta porque no se puede creer que seas tan tonto y me dejes pegada en todos lados. _ ¿Preferís que te pegue o que te deje pegada? _ Querés que te diga la verdad, prefiero que me dejes.
Cuando era niño me daban ganas de reventar a mi padre a piñazos porque siempre me tapaba la boca con sus argumentos y parecía que tenía razón. Yo sabía que quería decirle algo muy importante y muy inteligente pero no encontraba las palabras y terminaba llorando de rabia.
Los hombres no se ponen violentos por que sientan la superioridad intelectual de la mujer. No me vengan con esas. Lo que sucede es que ellos saben que no tienen razón pero igual quieren que las cosas se hagan según su deseo, a su manera, como ellos quieren. Como eso no lo logran con una orden intentan lograrlo a golpes. Era lo mismo que hacían mamá y papá cuando no lograban convencerlo de algo.
Estos hermanos se envidian, uno es más fuerte y fachero el otro más enclenque pero inteligente. Entonces se la pasan chocando y compitiendo. ¡Qué van a hacer! pedirles que se complementen es pedir demasiado.
11 comentarios:
En la época que vivimos la fuerza sigue siendo efectiva pero cada vez menos frente a la inteligencia. Las sociedades parece que se fueran volcando progresivamente hacia la fuerza del conocimiento, de la inteligencia desplazando a la fuerza bruta. Sin embargo estamos muy lejos de que ésta desaparezca.
Dicen y creo que los golpes son las razones de los que no tienen razón.
Es probable que todo tienda a un equilibrio: La fuerza se equipara a la inteligencia. Sin embargo ésta debe estar faltándole bastante todavía porque tiene que ser subsidiada por la publicidad en contra que se le hace a la violencia. Sin la denostación de la violencia quizá la inteligencia perdería más veces de las que pierde.
Este breve diálogo puede estar enunciando porqué se da la violencia doméstica: Las mujeres apelan a su capacidad verbal que la mayoría de los hombres no tiene tan bien desarrollada y por eso reacciona con lo que sí tiene bien desarrollados: los músculos.
Mi marido Ludovica no tenía poco vocabulario, tenía más vocabulario que yo, pero le gustaba pegarme, maltratarme, marcarme el cuerpo con moretones. No tenía ningún justificativo. Sólo tenía una explicación: era una bestia y un sádico que debería estar internado para que no siga estropeando mujeres para después pedir perdón mil veces y otras tantas reincidir hasta que la infeliz se harte, deje de tenerle miedo, lo denuncie y pueda librarse de esa porquería humana.
El que habla primero denuncia que el otro usa la fuerza aunque no tiene razón. Éste le responde confesándole que le pega porque envidia su inteligencia.
Esta es un interpretación posible. Puede haber otras.
_ Vos me ponés violenta porque no se puede creer que seas tan tonto y me dejes pegada en todos lados.
_ ¿Preferís que te pegue o que te deje pegada?
_ Querés que te diga la verdad, prefiero que me dejes.
Cuando era niño me daban ganas de reventar a mi padre a piñazos porque siempre me tapaba la boca con sus argumentos y parecía que tenía razón. Yo sabía que quería decirle algo muy importante y muy inteligente pero no encontraba las palabras y terminaba llorando de rabia.
Los hombres no se ponen violentos por que sientan la superioridad intelectual de la mujer. No me vengan con esas. Lo que sucede es que ellos saben que no tienen razón pero igual quieren que las cosas se hagan según su deseo, a su manera, como ellos quieren. Como eso no lo logran con una orden intentan lograrlo a golpes. Era lo mismo que hacían mamá y papá cuando no lograban convencerlo de algo.
Dios tiene la culpa porque le puso más músculatura y esqueleto al hombre que a la mujer. Y Erlich tiene la culpa de la basura.
Estos hermanos se envidian, uno es más fuerte y fachero el otro más enclenque pero inteligente. Entonces se la pasan chocando y compitiendo. ¡Qué van a hacer! pedirles que se complementen es pedir demasiado.
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