jueves, 17 de abril de 2008

Significante Nº 57

— Tu eres operador PC?
— No, Ingeniero de Sistemas.
— Da igual, ¿dónde está la ñ?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo se terminó el misterio de los Ingenieros de Sistemas. Antes eran unos dioses llenos de misterio. Ahora son tantos que no llaman la atención. Recuerdo el ruido que hicieron cuando se produjo el cambio de milenio. Decía que las máquinas iban a colapsar todas y que no sé cuantas cosas horribles más. Los bancos se iban a quedar sin los registros de quienes habían depositado y de quienes les debían. Un caos. ¡Qué bien la hicieron! Ahora van a tener que esperar al año 2999. No va a quedar ninguno de los actuales. ja-ja

Anónimo dijo...

Me gustaría tener un amigo incondicional que supiera mucho de computación porque no menos de 3 ó 4 veces por día tengo alguna pregunta para hacer y no tengo a quién.

Al único que tenía se ve que lo cansé porque me dijo de malos modos que me metiera en algún foro donde alguien ya hizo la pregunta que tengo para hacer.

No entiendo nada leyendo sobre cómo arreglar la PC. Si no me hablan me pierdo.

Anónimo dijo...

Saberse manejar con la máquina exige paciencia y sentido común. Lo bien que se manejan los niños y adolescentes da para pensar que o tienen estas cualidades desarrollados o son más intuitivos que nosotros o no sé, me aburre ser exhaustiva porque en estas cosas soy haragana.

Anónimo dijo...

La letra ñ bien que podría dejarse de usar ¿qué diferencia hay entre decir nieto o ñeto? Que la segunda opción es arbitrariamente incorrecta. Simplifiquémosla y vamos a tener menos faltas de ortografía.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con el comentario anterior. Se desacomodarían muchas cosas, por ej. no es lo mismo ñandú que nandú.
Además hablaríamos más gangoso, suena más lindo pedir ñoquis que noquis, ahí parece que tuvieras la nariz tapada.

Anónimo dijo...

No me critiquen a la ñ con esa olita preciosa que lleva arriba.
Cuando iba a la escuela todavía se usaba en los primeros años cuaderno doble raya. A mí la maestra me ponía la rayita de la ñ recta y yo la hacía ondulada; siempre me gustaron las curvas.