martes, 30 de noviembre de 2010
lunes, 29 de noviembre de 2010
Significante Nº 802
Quien no entienda que los labios son pétalos que rodean una flor a la que vuela mi fogoso colibrí, está mucho menos loco que yo.
domingo, 28 de noviembre de 2010
Significante Nº 801
Eres muy importante para mí, pero no imprescindible... ¿y ahora por qué te enojas? ¿dije algo inconveniente?
¡Sonríe! Los poderosos te aman
En otro artículo reciente (1), exponía algunas observaciones discretamente paranoicas, aunque no por eso exentas de realismo.
Lo útil de hablar sobre lo que nos ocurre y pensamos —haciendo uso de la tan mentada libertad de expresión—, es que podemos hacernos responsables de nuestra existencia.
Esta aseveración se verifica tan solo prestándole atención al atraso cultural que ocurre en los regímenes que, directa o indirectamente, coartan la posibilidad de escuchar todas las opiniones.
Sin embargo, no podemos caer en la ingenuidad de suponer que existe algún lugar del planeta donde, además de estar habitado por seres humanos, también exista libertad irrestricta, un respeto absoluto por los ciudadanos y una justicia incuestionable.
Los humanos nos aseguramos la disconformidad que demanda el fenómeno vida para conservarse (ver la fundamentación en el blog titulado Vivir duele ), poseyendo dos niveles de pensamiento:
— uno ideal (encargado de imaginar, diseñar y soñar con todo lo perfecto) y otro
— real (encargado de percibir —hasta donde puede— lo que efectivamente ocurre).
Con este conflicto interior y vitalicio, observamos —por ejemplo—, qué conductas nos inducen mediante un adoctrinamiento propagandístico, para debilitarnos y volvernos más dóciles ante los poderes del Estado:
— Nos inculcan el odio a nuestro tejido adiposo, convenciéndonos mediante argumentos insidiosos, que esa parte nuestra, nos matará;
— La insidia se refuerza dramáticamente porque el cáncer también es un tejido autogenerado, del que todos conocemos que no presagia nada bueno;
— Para huir de ese enemigo propio, tenemos que correr, levantar pesos, sacudirnos, agitarnos, gastar energía (también nuestra, odiosa, tóxica, enfermante);
— Malgastar energía propia nos sugiere muy sutilmente, que también debemos temerle a nuestro ánimo, a nuestro pensamiento, a nuestra psiquis, porque está en la creencia popular que la vida es esa energía vital que ahora nos inducen a despilfarrar porque nos produce una obesidad terminal.
(1) La Gestapo descafeinada
Artículos vinculados:
La gorda libertina y el gordito simpático
La enfermedad perfecta
Pobreza es temer al deseo
●●●
Lo útil de hablar sobre lo que nos ocurre y pensamos —haciendo uso de la tan mentada libertad de expresión—, es que podemos hacernos responsables de nuestra existencia.
Esta aseveración se verifica tan solo prestándole atención al atraso cultural que ocurre en los regímenes que, directa o indirectamente, coartan la posibilidad de escuchar todas las opiniones.
Sin embargo, no podemos caer en la ingenuidad de suponer que existe algún lugar del planeta donde, además de estar habitado por seres humanos, también exista libertad irrestricta, un respeto absoluto por los ciudadanos y una justicia incuestionable.
Los humanos nos aseguramos la disconformidad que demanda el fenómeno vida para conservarse (ver la fundamentación en el blog titulado Vivir duele ), poseyendo dos niveles de pensamiento:
— uno ideal (encargado de imaginar, diseñar y soñar con todo lo perfecto) y otro
— real (encargado de percibir —hasta donde puede— lo que efectivamente ocurre).
Con este conflicto interior y vitalicio, observamos —por ejemplo—, qué conductas nos inducen mediante un adoctrinamiento propagandístico, para debilitarnos y volvernos más dóciles ante los poderes del Estado:
— Nos inculcan el odio a nuestro tejido adiposo, convenciéndonos mediante argumentos insidiosos, que esa parte nuestra, nos matará;
— La insidia se refuerza dramáticamente porque el cáncer también es un tejido autogenerado, del que todos conocemos que no presagia nada bueno;
— Para huir de ese enemigo propio, tenemos que correr, levantar pesos, sacudirnos, agitarnos, gastar energía (también nuestra, odiosa, tóxica, enfermante);
— Malgastar energía propia nos sugiere muy sutilmente, que también debemos temerle a nuestro ánimo, a nuestro pensamiento, a nuestra psiquis, porque está en la creencia popular que la vida es esa energía vital que ahora nos inducen a despilfarrar porque nos produce una obesidad terminal.
(1) La Gestapo descafeinada
Artículos vinculados:
La gorda libertina y el gordito simpático
La enfermedad perfecta
Pobreza es temer al deseo
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viernes, 26 de noviembre de 2010
Significante Nº 801
Mi soledad está provocada porque, a la mitad de la humanidad no la soporto y la otra mitad, no me soporta.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Significante Nº 800
Los médicos toman la presión al inicio de la consulta porque ya ha pasado que alguno explotó en el consultorio y le ensució la túnica blanca.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
martes, 23 de noviembre de 2010
Significante Nº 798
Es difícil que un rico ingrese al reino de los cielos. Y si entra, lo hará mucho tiempo después que un pobre.
domingo, 21 de noviembre de 2010
Significante Nº 796
Comencé siendo el protagonista full time, pero como me tildaron de loco, me fui a trabajar en cuanta novela necesitara un idealista.
sábado, 20 de noviembre de 2010
Los estafadores se entienden entre ellos
Tanto los dichos breves y graciosos como las historias humorísticas, sólo envejecen para quienes ya los conocen, pero como los públicos se renuevan con el ingreso de las nuevas generaciones, entonces siempre habrá quienes disfruten de los chistes viejos.
Esta lógica también funciona para las estafas, porque las nuevas generaciones caen en la trampa, excepto que hayan sufrido la penosa experiencia o hayan sido advertidos y puedan evitarlas.
Desde mi punto de vista, el perfil psicológico de los estafadores incluye un conocimiento bastante profundo de las debilidades humanas, que pertenecen a la misma categoría a la que pertenecen la ambición desmedida y la actitud depredadora (abusadora, devastadora).
Por lo tanto, desde mi punto de vista, las víctimas de un estafador son portadoras de sentimientos y actitudes antisociales. La defensa que se pueda hacer de estas víctimas siempre es débil porque, si bien el estafador actuó fuera de la ley, el estafado actuó fuera de la ética.
Este no es un comentario condenatorio sino sólo descriptivo, porque es triste aunque indiscutible, que los seres humanos somos mucho peor de lo que pretendemos hacerle creer a los demás.
Como esta es una mala noticia, intentamos ignorarla, pero al hacerlo nos privamos de tener un dato esencial sobre nosotros mismos.
Tan solo imaginemos qué le ocurriría a alguien que no sabe que es fuertemente atraído por el centro del planeta y decide salir caminando por una ventana ubicada a cien metros del suelo.
Internet ha favorecido la ocurrencia de estas desafortunadas transacciones porque es un medio que llega a millones de personas, generalmente jóvenes (y potencialmente más ingenuos e inexpertos que otros sectores de mayor edad) y porque el pago por adelantado es una práctica casi obligatoria en toda compra de mercaderías o servicios que se realicen a través de la web.
Artículos vinculados:
Estafas legales e ilegales
Siempre aparece alguien más astuto
Soy el hijo predilecto de Dios
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Esta lógica también funciona para las estafas, porque las nuevas generaciones caen en la trampa, excepto que hayan sufrido la penosa experiencia o hayan sido advertidos y puedan evitarlas.
Desde mi punto de vista, el perfil psicológico de los estafadores incluye un conocimiento bastante profundo de las debilidades humanas, que pertenecen a la misma categoría a la que pertenecen la ambición desmedida y la actitud depredadora (abusadora, devastadora).
Por lo tanto, desde mi punto de vista, las víctimas de un estafador son portadoras de sentimientos y actitudes antisociales. La defensa que se pueda hacer de estas víctimas siempre es débil porque, si bien el estafador actuó fuera de la ley, el estafado actuó fuera de la ética.
Este no es un comentario condenatorio sino sólo descriptivo, porque es triste aunque indiscutible, que los seres humanos somos mucho peor de lo que pretendemos hacerle creer a los demás.
Como esta es una mala noticia, intentamos ignorarla, pero al hacerlo nos privamos de tener un dato esencial sobre nosotros mismos.
Tan solo imaginemos qué le ocurriría a alguien que no sabe que es fuertemente atraído por el centro del planeta y decide salir caminando por una ventana ubicada a cien metros del suelo.
Internet ha favorecido la ocurrencia de estas desafortunadas transacciones porque es un medio que llega a millones de personas, generalmente jóvenes (y potencialmente más ingenuos e inexpertos que otros sectores de mayor edad) y porque el pago por adelantado es una práctica casi obligatoria en toda compra de mercaderías o servicios que se realicen a través de la web.
Artículos vinculados:
Estafas legales e ilegales
Siempre aparece alguien más astuto
Soy el hijo predilecto de Dios
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Significante Nº 795
El adivino se equivocó en la fecha de su propia muerte, y por eso lloró ... ¿de alegría? -
Nota: La imagen es el autorretrato de Richard Gerstl (1883-1908) que pintó poco antes de su suicidio, a los 25 años de edad.
Nota: La imagen es el autorretrato de Richard Gerstl (1883-1908) que pintó poco antes de su suicidio, a los 25 años de edad.
jueves, 18 de noviembre de 2010
Significante Nº 793
Caminé por el mar sin mojar las sandalias, pero se me cayó una moneda y se hundió. ¿Qué quieres decirme Padre?
martes, 16 de noviembre de 2010
lunes, 15 de noviembre de 2010
domingo, 14 de noviembre de 2010
El arte de interactuar con el Estado
En otro artículo de reciente publicación (1), he compartido con usted algunos comentarios que refieren a los burócratas, empleados públicos o trabajadores del Estado.
El interés en el tema está en que podemos mejorar nuestro beneficio si sabemos cómo y por qué funcionan como lo hacen.
Una idea central a tener en cuenta, es esta:
«Ellos son como son, así que olvídese de que usted podrá cambiarlos».
Todo indicaría que con un poco de buena voluntad, si todos incendiáramos una oficina pública por día, si existiera la cadena perpetua para quien extravíe un expediente o la pena capital para quienes lleguen tarde a sus lugares de trabajo, todo andaría mejor.
Esta creencia es otra falacia en la que se sustenta el sentido común.
Por el contrario, la comprensión, el amor, la paciencia, la tolerancia, el ingenio, la capacitación para interactuar eficazmente con nuestro Estado, son los únicos medios idóneos.
Tómese el tiempo que necesite su incredulidad, pero terminará aceptando lo que le digo.
Es muy importante que usted sepa hablar con un funcionario público.
Para ello, primero debe reconocer que el idioma castellano no es el correcto. El único idioma correcto, es el que ellos manejan como propio.
Por ejemplo, tiene que saber qué es un «formulario dostreinta», un «transitorio», un «neutro». Cualquier otra cosa que usted diga, estará mal.
Ocurre en cualquier país que usted visite: si no sabe hablar el idioma local, será destratado, abusado, ignorado, estafado. Las oficinas del estado constituyen un territorio dentro del territorio nacional.
No se resista, acéptelo que le conviene.
En este sentido, si usted exhibió ese acto de sumisión de «hablar el idioma de ellos», debe aceptar que ellos saben mucho más que usted y que, por lo tanto, hasta el más nuevo de los funcionarios, tiene poder sobre usted.
Continuará.
(1) ¿Cuántos burócratas ha matado en su vida?
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El interés en el tema está en que podemos mejorar nuestro beneficio si sabemos cómo y por qué funcionan como lo hacen.
Una idea central a tener en cuenta, es esta:
«Ellos son como son, así que olvídese de que usted podrá cambiarlos».
Todo indicaría que con un poco de buena voluntad, si todos incendiáramos una oficina pública por día, si existiera la cadena perpetua para quien extravíe un expediente o la pena capital para quienes lleguen tarde a sus lugares de trabajo, todo andaría mejor.
Esta creencia es otra falacia en la que se sustenta el sentido común.
Por el contrario, la comprensión, el amor, la paciencia, la tolerancia, el ingenio, la capacitación para interactuar eficazmente con nuestro Estado, son los únicos medios idóneos.
Tómese el tiempo que necesite su incredulidad, pero terminará aceptando lo que le digo.
Es muy importante que usted sepa hablar con un funcionario público.
Para ello, primero debe reconocer que el idioma castellano no es el correcto. El único idioma correcto, es el que ellos manejan como propio.
Por ejemplo, tiene que saber qué es un «formulario dostreinta», un «transitorio», un «neutro». Cualquier otra cosa que usted diga, estará mal.
Ocurre en cualquier país que usted visite: si no sabe hablar el idioma local, será destratado, abusado, ignorado, estafado. Las oficinas del estado constituyen un territorio dentro del territorio nacional.
No se resista, acéptelo que le conviene.
En este sentido, si usted exhibió ese acto de sumisión de «hablar el idioma de ellos», debe aceptar que ellos saben mucho más que usted y que, por lo tanto, hasta el más nuevo de los funcionarios, tiene poder sobre usted.
Continuará.
(1) ¿Cuántos burócratas ha matado en su vida?
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sábado, 13 de noviembre de 2010
jueves, 11 de noviembre de 2010
Significante Nº 788
La reina del lapsus, abrió el regalo y muy educada, exclamó: «¡Qué bonito! No ME hubieras molestado».
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Significante Nº 787
Ciertas cosas prefiero verlas con mi ojo de vidrio.
Nota: La imagen pertenece al actor norteamericano Peter Falk (1927 - ), que tiene un ojo de vidrio y es muy conocido por su personaje Columbo (detective).
Nota: La imagen pertenece al actor norteamericano Peter Falk (1927 - ), que tiene un ojo de vidrio y es muy conocido por su personaje Columbo (detective).
martes, 9 de noviembre de 2010
Significante Nº 786
Circulan dos leyendas urbanas ideales para masoquistas, sádicos y paranoicos:
1) La mayoría de los accidentes ocurren dentro del hogar; y
2) Si algún día somos ultimados por un criminal, ya lo conocemos.
1) La mayoría de los accidentes ocurren dentro del hogar; y
2) Si algún día somos ultimados por un criminal, ya lo conocemos.
domingo, 7 de noviembre de 2010
sábado, 6 de noviembre de 2010
Junto al fracasado, parecemos exitosos
Hace unos días compartí con ustedes una visión del conocido refrán que dice «Dime con quién andas y te diré quién eres» (1).
Comento ahí que, si en el grupo de amigos que nos contienen, que nos alegran la vida y que hasta pueden ayudarnos de diversas formas, están bien vistos los éxitos económicos, procuraremos tener éxitos económicos reales, por la aparentemente insignificante razón de que deseamos aportar esa anécdota en las reuniones periódicas.
Existen otras anécdotas que están fuera de nuestro control.
Me refiero a todo lo que ocurre con nuestro equipo deportivo, la empresa o clientes a los que estamos vinculados o el partido político que preferimos.
Existen muchos detalles interesantes en lo que refiere a cómo generamos acontecimientos reales con el objetivo de contar con datos fidedignos que nos permitan generar el guión teatral que coseche más aplausos.
Los temas principales son variados (economía, deporte, política) y también son variados los roles que cada uno recibe y acepta del grupo.
Efectivamente, en un grupo donde se privilegie la calidad de vida, puede ser bienvenido un integrante que oficie de contraste para mejorar el brillo de todos los demás.
El amigo pobre, fracasado, que no para de cometer error, es amado, integrado, incorporado porque aporta un elemento de disparidad que los demás valoran especialmente para su realce personal.
Si la suerte (aparentemente es el factor determinante) hace que en nuestro grupo de pertenencia recibamos y aceptemos ese rol negativo, notaremos que nuestras cosas irán de mal en peor y buscaremos las causas fuera de quienes amamos, necesitamos y no perderíamos por nada en el mundo.
Cuesta aceptar que la causa de múltiples fracasos y de una gestión de vida negativa, proviene precisamente de un rol que nos fuera asignado con todo amor.
Y en las familias también ocurre.
(1) La construcción de anécdotas
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Comento ahí que, si en el grupo de amigos que nos contienen, que nos alegran la vida y que hasta pueden ayudarnos de diversas formas, están bien vistos los éxitos económicos, procuraremos tener éxitos económicos reales, por la aparentemente insignificante razón de que deseamos aportar esa anécdota en las reuniones periódicas.
Existen otras anécdotas que están fuera de nuestro control.
Me refiero a todo lo que ocurre con nuestro equipo deportivo, la empresa o clientes a los que estamos vinculados o el partido político que preferimos.
Existen muchos detalles interesantes en lo que refiere a cómo generamos acontecimientos reales con el objetivo de contar con datos fidedignos que nos permitan generar el guión teatral que coseche más aplausos.
Los temas principales son variados (economía, deporte, política) y también son variados los roles que cada uno recibe y acepta del grupo.
Efectivamente, en un grupo donde se privilegie la calidad de vida, puede ser bienvenido un integrante que oficie de contraste para mejorar el brillo de todos los demás.
El amigo pobre, fracasado, que no para de cometer error, es amado, integrado, incorporado porque aporta un elemento de disparidad que los demás valoran especialmente para su realce personal.
Si la suerte (aparentemente es el factor determinante) hace que en nuestro grupo de pertenencia recibamos y aceptemos ese rol negativo, notaremos que nuestras cosas irán de mal en peor y buscaremos las causas fuera de quienes amamos, necesitamos y no perderíamos por nada en el mundo.
Cuesta aceptar que la causa de múltiples fracasos y de una gestión de vida negativa, proviene precisamente de un rol que nos fuera asignado con todo amor.
Y en las familias también ocurre.
(1) La construcción de anécdotas
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jueves, 4 de noviembre de 2010
Significante Nº 782
La alimentación de los lirios del campo, los pájaros y los humanos, fue una promoción que algunos imaginan vigente.
martes, 2 de noviembre de 2010
Significante Nº 780
Todo buen cristiano debe salir de su casa con dos billeteras, porque si le roban una, «tiene que poner la otra».
lunes, 1 de noviembre de 2010
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