domingo, 31 de octubre de 2010

El negocio del crimen desorganizado

El dinero está en el centro de muchos acontecimientos curiosos, extraños, peligrosos y también divertidos.

No tengo idea en que época del Imperio Romano, existía un señor cuyo nombre nos llegó hasta hoy por sus malos hábitos.

Lucio Veracio tenía la mala costumbre de salir a pasear con un esclavo que portaba una bosa llena de monedas, destinadas a indemnizar a los transeúntes que recibían un inesperado cachetazo de su amo.

La legislación de esa época y lugar, indicaba que una injuria (agravio de palabra u obra) tenía una multa de 25 ases (moneda local).

Este ciudadano estaba dentro de la ley, pero con una conducta antisocial.

En casi todas las legislaciones, la multa es la sanción más importante después de la privación de libertad.

A partir de este hecho, surgen varias ideas que, cuando no son dramáticas, son graciosas.

— Como vimos en el ejemplo extremo, alguien puede transgredir deliberadamente, cuando su patología admite los costos que el estado le impone;

— La multa constituye un costo aleatorio, que no se paga siempre. Al igual que cualquier otro crimen, se paga sólo cuando es descubierto, lo cual depende de la buena suerte, de la habilidad del transgresor, de la eficacia de la justicia.

— Su carácter aleatorio alienta a quienes clasifican a esa experiencia como algo lúdico, generador de adrenalina, estimulante.

— Este castigo es transferible porque es imposible asegurarse de que lo pague quien fue condenado. Imaginen una pena por la que cualquiera pudiera ir preso en lugar del reo.

— Suele generar la suspicacia entre los ciudadanos, de que se aplica más que nada por el afán recaudador del fisco. Esta sensación pública perjudica gravemente el respeto que las instituciones necesitan para ser eficaces;

— La multa es un costo justificado cuando la ganancia de la transgresión, lo cubre con creces.

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sábado, 30 de octubre de 2010

Significante Nº 778

— Padre, queremos casarnos.
— Con tarjeta Visa, pueden pagar hasta en 12 cuotas.

viernes, 29 de octubre de 2010

Significante Nº 777

¡Cuidado con esa mujer que además de fuerte y hermosa, dice lo que piensa mirándote a los ojos!

jueves, 28 de octubre de 2010

miércoles, 27 de octubre de 2010

Significante Nº 776

Sabiduría de yacuzzi con champagne:

La mayoría de la gente, si no triunfa, es porque sabe lo difícil que se hace volver a triunfar.

lunes, 25 de octubre de 2010

domingo, 24 de octubre de 2010

El contagio inevitable

Las técnicas de defensa personal que se enseña al solo efecto de mejorar nuestra adaptación a la época (con más inseguridad ciudadana que hace veinte años), tratan de tatuar en la mente de los alumnos el concepto principal: huir de la escena.

Si observamos a los demás animales —que son menos vulnerables que nosotros y tienen los instintos mejor desarrollados—, observaremos que también huyen como primera medida (y pelean si están acorralados).

Los perros tratan de escapar cuando a los humanos nos da por festejar rindiéndole tributo a las mega-flatulencias (fuegos artificiales, petardos, bombas).

Los caballos, mansos y amigables, pueden caer en un ataque de pánico y salir despavoridos, porque sintieron un ruido o vieron una sombra que no esperaban.

Esta forma de reaccionar defensiva, es la básica, la que aprendimos en milenios. Nuestro instinto de conservación se fue configurando y ahora forma parte de nuestra sabiduría filogenética, es decir, la que ya viene en nuestros genes.

Parecería ser que el fenómeno vida reacciona mal ante lo desconocido y se torna confiado ante lo que conoce.

Pero los humanos vivimos en dos niveles: en el nivel natural y en el nivel cultural.

Solemos no distinguir uno del otro. Tanto le tememos a caer porque la fuerza de gravedad (naturaleza), nos atrae violentamente hacia el suelo, como tememos decir algo que pueda ofender a alguien.

En suma: para los humanos existen dos naturalezas que podemos confundir: la real y la artificial.

Si estamos en un cine y alguien grita fuego, seguramente saldremos corriendo llevándonos cualquier cosa por delante.

Si oímos el rumor de que el banco que guarda nuestros ahorros está en dificultades, correremos a retirarlos «antes de que sea demasiado tarde».

Si todos dicen que lo único bello es un vientre plano, haremos cualquier sacrificio para reformar el nuestro.

Nota: La imagen corresponde al jugador de fútbol uruguayo, Diego Forlán.

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viernes, 22 de octubre de 2010

Significante Nº 772

Las sotanas no tienen cierre relámpago en homenaje al Santo Botón.

jueves, 21 de octubre de 2010

miércoles, 20 de octubre de 2010

martes, 19 de octubre de 2010

lunes, 18 de octubre de 2010

Significante Nº 768

— Con quién te reunes en Navidad?
— Con nadie. Ya no tengo con quien enemistarme.

domingo, 17 de octubre de 2010

¡No seas animal!

Advertencia: seré deliberadamente poco coherente.

«El que sabe, sabe, y el que no sabe, es jefe», reza un dicho popular, bastante irónico, como para hacer catarsis con el inagotable resentimiento que un trabajador suele sentir contra su capataz, jerarca o gobernante.

Este sentimiento no es demasiado distinto al que sentimos hacia la mujer, porque con llamativa injusticia, ellas ocupan un lugar secundario a pesar de que su importancia biológica es superior a la del macho.

La tarea reproductiva que hace su cuerpo, representa el 99% de la conservación de la especie. Sin embargo, los varones, con nuestro modesto aporte del 1% complementario, tomamos decisiones que las incluyen.

Estos sentimientos no son demasiado distintos al rechazo que sentimos hacia los demás seres vivos.

Agrego: Más o menos a los cuatro años, la educación oficial nos inculca el asco y por añadidura, el pudor.

Por lo tanto rechazamos los excrementos, ocultamos (y hasta reprimimos) nuestra sexualidad, tenemos vergüenza, somos miedosos, tímidos, pensamos que la menstruación es sucia, el embarazo es felicitado pero con segundas intenciones.

Decimos, por ejemplo:

— Mi mujer está «gruesa», para decir que está embarazada;

— Mi mujer está «gorda», para decir que adolece de sobre-peso;

— Mi mujer es una «pesada», para decir que nos fastidia.

Seguramente, una pirámide, cuando está apoyada en su vértice, es más inestable que cuando está apoyada en su base.

La mala distribución de la riqueza podría verse favorecida por tres errores universales y eternos, asociables indirectamente a la pobreza:

1º — No damos a la mujer el estatuto que se merece, dada su importancia real en la conservación de la especie;

2º — No asumimos con orgullo nuestra condición animal y todas sus consecuencias (instinto, deseo, excremento, sexualidad, mortalidad);

3º — Descalificamos estéticamente los cambios corporales propios de cada etapa o estado de nuestras vidas.

Nota: La imagen muestra el calzado femenino que utiliza —para soportar el peso mayor—, un taco con forma de pirámide invertida.

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sábado, 16 de octubre de 2010

viernes, 15 de octubre de 2010

Significante Nº 766

La política se rige por la oferta y la demanda, pero en forma de promesas y esperanza.

jueves, 14 de octubre de 2010

miércoles, 13 de octubre de 2010

Significante Nº 764

Soy optimista cuando me va bien y pesimista cuando me va mal. ¡Eso es salud mental! (¿o no?)

martes, 12 de octubre de 2010

lunes, 11 de octubre de 2010

Significante Nº 763

Gracias a la antipática desigualdad, somos tan parecidos los iguales.

domingo, 10 de octubre de 2010

La fábula de la liebre y la tortuga

En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, porque ante todos decía que era la más veloz. Por eso, constantemente se reía de la lenta tortuga.

- ¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! -decía la liebre riéndose de la tortuga.

Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre.

- Estoy segura de poder ganarte una carrera -le dijo.

- ¿A mí? -preguntó, asombrada, la liebre.

- Pues sí, a ti. Corramos hasta aquella piedra y veamos quién llega primero.

La liebre, muy divertida, aceptó.

Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Una vez estuvo listo, comenzó la carrera entre grandes aplausos.

Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando. ¡Vaya si le sobraba el tiempo para ganarle a tan lerda criatura!

Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero, eso sí, sin parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo. Se detuvo al lado del camino y se sentó a descansar.

Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse de ella una vez más. Le dejó ventaja y nuevamente emprendió su veloz marcha.

Varias veces repitió lo mismo, pero, a pesar de sus risas, la tortuga siguió caminando sin detenerse. Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida.

Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta … antes que la jactanciosa liebre.

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sábado, 9 de octubre de 2010

viernes, 8 de octubre de 2010

Significante Nº 762

Algunos muñecos ya no tienen energía como para ponerse las pilas.

jueves, 7 de octubre de 2010

Significante Nº 762

Nos divorciamos porque "Cualquier persona vista de cerca es un monstruo y cualquier monstruo visto de cerca, es una persona". -

miércoles, 6 de octubre de 2010

Significante Nº 761

Es un texto complejo. Para no entender nada, tuve que leerlo tres veces. -

lunes, 4 de octubre de 2010

domingo, 3 de octubre de 2010

La autoagresión combativa

Desesperado porque el gerente no lograba reconocer mis virtudes como trabajador, un día junté coraje y le pedí una entrevista urgente.

Luego entendí que el trámite urgente para ese señor, significaba demorar la autorización el doble de tiempo.

Cuando estuve frente a él, lo vi trabajar, leer, buscar papeles, mientras me preguntaba: — «¿Qué desea tan urgentemente el señor Mieres?»

Mis piernas pujaron por irse, luego por aflojarse pero a regañadientes resolvieron quedarse.

Con toda la valentía que aprendí de Sylvester Stallone, Robert de Niro y Al Pacino (imagen), le dije: — «Si no me aumenta el sueldo, me voy».

Entonces sucedió lo increíble, lo jamás imaginado, algo que nunca ocurrió en Hollywood: ¡no se asustó!, ¡no se puso pálido!, ¡no se le cayó la quijada y quedó babeando!

Como si estuviera libretado por Quentin Tarantino, el desgraciado me dijo sin dejar de atender sus asuntos: — «¿Cuándo se va?».

En ese momento me arrepentí de no haber atendido el intento de fuga de mis piernas.

Pero, como dicen los chinos, «las crisis son una porquería, ojalá no ocurrieran nunca, pero si tenemos la desgracia de padecerlas, quizá sean una maldita oportunidad» (¿usted sólo conocía la versión abreviada?).

Tal cual, salí de ahí con la sensación de que yo no soy imprescindible para este magnate de las finanzas, para este señor todopoderoso, para este engreído que algún día me tendrá que rogar que vuelva a ser su colaborador.

Pasadas las décadas, eso aún no ha ocurrido, pero las personas maduran muy lentamente y a veces mueren sin lograrlo.

Algo que me mantiene convencido de que estuve bien, es que existen trabajadores que luchan dejando de comer.

Las huelgas de hambre me hacen pensar que la autoagresión es rentable, efectiva, capaz de doblegar la voluntad de los capitalistas inhumanos.

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sábado, 2 de octubre de 2010

Significante Nº 760

No me termina ninguna carrera. Ahora estudia guitarra por Internet y manda los deberes en MP3.

viernes, 1 de octubre de 2010

Significante Nº 759

Abandonaré la masturbación si puedo casarme con quien sea tan fiel como mi mano derecha.