domingo, 20 de abril de 2008

Psicoanálisis para ser gobernante

A los demonios que habitan en nuestra psiquis se los olvida cuando uno está muy atareado. Por eso es que tanta gente trabaja y trabaja sin importarle mucho lo que gana con su esfuerzo. La ganancia la recibe con la distracción que lo aparta de sus pensamientos perturbadores. Workaholic es una palabra inglesa bien inventada: uno olvida las penas trabajando, como si se embriagara con alcohol.


La solución pobre es dejarse llevar y convertirse en un burro de carga. La solución inteligente es conocer primero y gobernar después a esos «demonios internos». Si usted no puede gobernar eficazmente a esos habitantes tan perturbadores, vive en una anarquía insoportable. ¡La falta de liderazgo en la propia psiquis, es fatal!

●●●

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Por esto mismo es que no quiero tomarme licencia y que cuando me enfermo de alguna gripe o cualquier cosa que me obligue a guardar cama, siento que tengo dos enfermedades.

Quedarme a solas conmigo me atormenta. A veces los domingos, cuando mi mujer y los niños se van a la casa de su madre, creo que llego casi al borde de la locura.

Anónimo dijo...

No sé qué serán más gobernables: si los ciudadanos comunes o los demonios internos.

La respuesta correcta es: Lo más difícil de gobernar es lo que tengamos que gobernar nosotros y lo más fácil de gobernar es lo que tengan que gobernar los otros.

Esto es así y lo suscribo de puño y letra. je-je

Anónimo dijo...

En Argentina decimos que "sarna con gusto no pica" y me parece que si alguien disfruta trabajando como un burro, bueno pues, hay que dejarlo tranquilo y que se mate solo. Por algo lo hará. Y "de paso, cañazo", quizá gane mucho dinero que es lo que ud predica desde su púlpito en la glogósfera.

Anónimo dijo...

No sé si los demonios internos son gobernables. Hay que saber llevarlos, sin incitarlos, con suavidad. El laburo es una buena opción y la enorme oferta de distracciones es para que la usemos cuando nos hace falta. No dramaticen!

Anónimo dijo...

Yo lidero mi propia psiquis. Cuando estoy por cometer asesinato, me encierro solo en casa y me dedico a comer y a dormir. Vuelvo a ser un bebe hasta que se me pasa. Gracias a mi liderazgo Buenos Aires tiene un asesino serial menos.

Anónimo dijo...

He logrado domesticar a mis demonios. Ahora comen de mi mano como palomitas. Fue fácil. Cada tanto decidí darles licencia.

Anónimo dijo...

Mis demonios son gordos, robustos, dicharacheros. Nos llevamos bien. Me atacan lo suficiente como para que no me sienta extraterrestre.