— ¡Pero estas galletas para adelgazar son incomibles! — ¡Justamente!
16 comentarios:
Anónimo
dijo...
Está buena la técnica. Es probablemente la única que me falta probar. He comido hasta unas que le dicen a arroz, que son espantosas, pero con tal de masticar, como lo que sea.
¡Cuántos lunes de mi vida han sido el comienzo de una dieta equivocada! Mis rollos no se alteran. Parece que mi cuerpo no está conectado a mi aparato digestivo. Debo estar sufriendo para que otra mujer tenga un cuerpo escultural y quizá esa misma desgraciada no se priva de nada porque no sufre la gordura que me está provocando.
Mi madre ya no sabe qué hacer conmigo porque me la paso encerrada en mi alcoba y no quiero que nadie me vea lo fea que estoy. Ya no aguanta más hacer la comida que yo le pido. El último argumento que me dio para que me dé cuenta de que lo del cuerpo es un problema social y no estético, me dijo que a nadie se le ocurre modificar el largo de los dientes o el tamaño de los pies. Esto va a terminar mal.No encuentro salida.
No quiero envenenarlas pero se dieron cuenta que Sofía Loren tiene 73 años? Ella dice que todo es mental, que tiene el poder de mirar la comida y comer lo necesario. Es una hija de puta pero como desearía ser como ella ahora que tengo más de 40 años menos.
Creo que mi prima es una avivada porque con el pretexto de que se hace la víctima de que está gorda (eso es cierto, es una foca), le dice a los padres que no puede empezar a trabajar (tiene 28 años) porque la dieta que salvará su vida implica actividades cada una o dos horas y por eso no puede cumplir ningún otro horario hasta que recupere (yo la conocí gorda) su peso normal (¿normal en quién?).
Margarita, lo que tú describes se llama Fenómeno Transferencial Paranormal. No te quepa la menor duda de que estás en lo cierto. Abandona la dieta gradualmente y el espíritu de la persona que te roba la energía deberá cambiar de estrategia.
Nada más lejos de mi intención que desilusionar a una mujercita con nombre de flor como Azucena, pero no olvides que hasta hace poco las chinas se vendaban los pies y los dentistas hacen milagros a partir del desarrollo de la ortodoncia. De todos modos tu mamá debe tener razón, en cuanto dejes de pensar tanto en la estética, encontratás nuevos interese y todo se va a acomodar.
Creo Azucena que podrías probar con hacer tú misma la cena. Fijate que está escrito en tu nombre. Eso aliviará la presión familiar y además cuando cocines no vas a tener tantas ganas de comer. Cuando se hace algo concreto, sea lo que sea, baja la ansiedad. Lo difícil es arrancar, prender el motor para ponerse en actividad. Sobre todo ahora que hay que andar siempre con las luces prendidas.
Yo creo en la determinación de los nombres. Ernestina por ejemplo está destinada a ser una pequeña heroína de lo cotidiano, no debe afanarse en el tema de la belleza, tiene otros encantos.
No existe un peso normal. Cambia, todo cambia. Mercedes Sosa es muy normal, es mayor, se desplaza sin dificultades, es querida, admirada, canta que es una catedral, hizo dinero, empezó con su guitarrita de boliche en boliche y ya ves, le gusta la vida, le gusta el bochinche.
Antes había un producto en el mercado que lo comías y te hacía un efecto esponja en el estómago. Quedabas ahíto. También era un asco. No funcionaba porque era incomible y no se puede vivir sin comer.
Una cosa es comer más de lo supuestamente necesario y otra son los atracones. La 1ª produce obesidad, la 2ª bulimia. Hace poco leí que los famosos atracones serían una forma característica en algunos individuos de tramitar sus afectos. Me imagino por ej. una persona sintiendo un gran desasosiego y calmándolo con grandes dosis de comida que le generan una sensación de plenitud (estar lleno) y le permiten luego dormir (igualito que un bebé)
16 comentarios:
Está buena la técnica. Es probablemente la única que me falta probar. He comido hasta unas que le dicen a arroz, que son espantosas, pero con tal de masticar, como lo que sea.
¡Cuántos lunes de mi vida han sido el comienzo de una dieta equivocada! Mis rollos no se alteran. Parece que mi cuerpo no está conectado a mi aparato digestivo. Debo estar sufriendo para que otra mujer tenga un cuerpo escultural y quizá esa misma desgraciada no se priva de nada porque no sufre la gordura que me está provocando.
Mi madre ya no sabe qué hacer conmigo porque me la paso encerrada en mi alcoba y no quiero que nadie me vea lo fea que estoy. Ya no aguanta más hacer la comida que yo le pido. El último argumento que me dio para que me dé cuenta de que lo del cuerpo es un problema social y no estético, me dijo que a nadie se le ocurre modificar el largo de los dientes o el tamaño de los pies. Esto va a terminar mal.No encuentro salida.
¿Se imaginan en Buenos Aires una boliviana que sea vieja, gorda y negra?
No quiero envenenarlas pero se dieron cuenta que Sofía Loren tiene 73 años? Ella dice que todo es mental, que tiene el poder de mirar la comida y comer lo necesario. Es una hija de puta pero como desearía ser como ella ahora que tengo más de 40 años menos.
Creo que mi prima es una avivada porque con el pretexto de que se hace la víctima de que está gorda (eso es cierto, es una foca), le dice a los padres que no puede empezar a trabajar (tiene 28 años) porque la dieta que salvará su vida implica actividades cada una o dos horas y por eso no puede cumplir ningún otro horario hasta que recupere (yo la conocí gorda) su peso normal (¿normal en quién?).
RAMIRO SOS ASQUEROSO
Margarita, lo que tú describes se llama Fenómeno Transferencial Paranormal. No te quepa la menor duda de que estás en lo cierto. Abandona la dieta gradualmente y el espíritu de la persona que te roba la energía deberá cambiar de estrategia.
Nada más lejos de mi intención que desilusionar a una mujercita con nombre de flor como Azucena, pero no olvides que hasta hace poco las chinas se vendaban los pies y los dentistas hacen milagros a partir del desarrollo de la ortodoncia. De todos modos tu mamá debe tener razón, en cuanto dejes de pensar tanto en la estética, encontratás nuevos interese y todo se va a acomodar.
Eso de las colaciones cada 2 o 3 hs son modas que no tenemos que tragarnos...la comida tampoco; masticarla.
Creo Azucena que podrías probar con hacer tú misma la cena. Fijate que está escrito en tu nombre. Eso aliviará la presión familiar y además cuando cocines no vas a tener tantas ganas de comer.
Cuando se hace algo concreto, sea lo que sea, baja la ansiedad. Lo difícil es arrancar, prender el motor para ponerse en actividad. Sobre todo ahora que hay que andar siempre con las luces prendidas.
Yo creo en la determinación de los nombres. Ernestina por ejemplo está destinada a ser una pequeña heroína de lo cotidiano, no debe afanarse en el tema de la belleza, tiene otros encantos.
No existe un peso normal. Cambia, todo cambia. Mercedes Sosa es muy normal, es mayor, se desplaza sin dificultades, es querida, admirada, canta que es una catedral, hizo dinero, empezó con su guitarrita de boliche en boliche y ya ves, le gusta la vida, le gusta el bochinche.
Antes había un producto en el mercado que lo comías y te hacía un efecto esponja en el estómago. Quedabas ahíto. También era un asco. No funcionaba porque era incomible y no se puede vivir sin comer.
Las galletas de arroz son riquísimas si se las usa como base para adjuntarles otros alimentos.
Una cosa es comer más de lo supuestamente necesario y otra son los atracones. La 1ª produce obesidad, la 2ª bulimia. Hace poco leí que los famosos atracones serían una forma característica en algunos individuos de tramitar sus afectos. Me imagino por ej. una persona sintiendo un gran desasosiego y calmándolo con grandes dosis de comida que le generan una sensación de plenitud (estar lleno) y le permiten luego dormir (igualito que un bebé)
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