viernes, 28 de marzo de 2008

Significante Nº 42

— Quiero que me saque una foto.
— Bueno. ¿Dónde la tiene?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

ja-ja, me hizo acordar de otro chiste pero es demasiado grosero y además no sé contarlos para que hagan gracias, pero ¿dónde tiene metida la foto? ja-ja, está de más.

Anónimo dijo...

El tipo quer�a que le sacaran una foto justo cuando qued� parado al lado de Palermo y el otro imb�cil se puso a hacer chistes idiotas. �Nunca m�s va a quedar al lado de un jugadorazo como �ste!

Anónimo dijo...

Me molesta orriblemente que me saquen fotos y siempre hay alguna reunión con la familia y sabiendo como no soporto me llaman y cada vez salgo con cara mas de culo

Anónimo dijo...

No sé si por pensar así estoy o no estoy dentro del 99% de la población mundial, pero tengo que exponerlo sin pelos en la lengua: Todos pensamos que la foto la tiene en el culo.
Si ud está en el 1%, deje de leer ahora, pero si es de los míos, ¿a ud no lo interroga que en este tipo de ambivalencias siempre suponemos lo mismo?

Anónimo dijo...

ni se me pasó por la cabeza que la tuviera en el culo ¡qué bueno, soy distinta, pertenezco al 1%! Lo que me imaginé fue que eran dos tipos y uno de ellos iba derecho a sacársela del bolsillo (trasero, bueno, pero no es culo) del vaquero todo mugriento; él mismo no podía sacarla porque tenía todas las manos pegoteadas de helado.

Anónimo dijo...

Me imagino un italiano desfachatado, con la camisa abierta hasta el ombligo y un turista norteamericano grandote, rozagante, con el pelo bien cortito que no sabe bien que hacer.

Anónimo dijo...

A mi me parece ver un tipo viejo desnudo, enjuto, parado en la vereda de un barrio cualquiera, de mañana temprano, con un frío de morirse. Sale una señorona gorda a barrer la vereda, muy acalorada ella, con un vestido verde escotado que permite ver el bambolear de sus tetotas. Cuando ve al viejito le hace acordar a su finado padre (enfermo mental) y lo hace entrar a su casa, le pide con mucha naturalidad que se vista con una ropa que le ofrece y lo cubre con una manta. Entonces el hombre se siente tan bien, tan reconfortado que quiere inmortalizar el momento y le pide una foto. La gorda le pregunta de dónde se la saca porque tenía ganas de hacerle un primer plano de las manos del viejo y no quiere incomodarlo.