martes, 15 de julio de 2008

Significante Nº 132

Gastemos poco en mejorar el producto y todo lo que haga falta en publicitarlo.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

En la época actual parecer que lo más importante es parecer (y menos importante 'ser').

Anónimo dijo...

Soy psicóloga y pienso que las mujeres que se agregan colágeno, bótox e implantes de siliconas, están haciendo eso de gastar poco porque lo más difícil es mejorar una misma. No porque cueste mucho dinero sino porque nos oponemos a cambiar nuestras ideas, creencias, prejuicios, puntos de vista y es más fácil hacerse cambiar el cuerpo que dejarse cambiar el pensamiento.

Anónimo dijo...

¿Cómo podría hacer para publicitarme y conseguir un empleo donde esté a gusto y gane lo suficiente?

Anónimo dijo...

Es increíble. Me enteré que lo que un fabricante gasta en publicidad en realidad se lo carga al precio de lo que fabrica y eso lo terminamos pagando los que lo compramos. ¡Nunca me lo hubiera supuesto!

Anónimo dijo...

¿Pero qué edad tienes Leonidas? ¿Eres un niño acaso? ... y te agrego, los compradores somos tan tontos que más compramos lo que más publicidad tiene y que por lo tanto más inflado está el precio que pagamos.

Unknown dijo...

Así es como el sistema se autosustenta: inventa necesidades innecesarias para que los incautos consuman y así se crean que son felices.

Anónimo dijo...

Me parece que se gasta más en el diseño que en la calidad de muchos productos.

Anónimo dijo...

Es muy importante poner nombres fáciles de recordar asociables a la utilidad que presta. P.E. Higienol, Perfumol, etc.

Anónimo dijo...

Lo que ya no me creo es esa promoción en la que llevas 3 y pagas 2. ¡Qué falsos que son! ¡No tienen vergüenza!

Anónimo dijo...

Dos veces quise comprar un determinado modelo de Chevrolet y en ambas ocasiones el representante local me dijo que se habían agotado las dos partidas que habían recibido. Quedé más interesado que nunca en apurarme para comprarlo, estuve dispuesto a sobornar al vendedor para que me avisar en cuanto tuviera alguna novedad. ¡Qué desilusión! En una fiesta donde el dueño de la concesionaria estaba bastante ebrio comentó riéndose que lo que hacían eran traer partidas de 2 vehículos por vez, porque así se agotaban enseguida y la gente se pensaba que eran muchos los vehículos que se estaban vendiendo cuando en realidad sólo habían sido 4.