domingo, 22 de julio de 2012

Sobre la «configuración de mundo»



Según la «configuración de mundo» de algunas personas es normal que siendo «agradecidas» tengan «colaboradores omnipotentes».

Si los humanos actuamos con absoluta perfección, ¿por qué subsiste esa idea de que «equivocarse es humano»?

Ambas afirmaciones son válidas y la explicación está en que «actuamos con absoluta perfección» según nuestras propias creencias.

Lo que algunos llaman «configuración de mundo» refiere al conjunto de ideas que tenemos sobre «cómo es la realidad».

«A nadie le gusta que le griten»; «antes de salir del supermercado, tenemos que pagar la mercadería»; «los ancianos caminan y piensan más lentamente», son algunas de las ideas que tenemos de «cómo es el mundo, la realidad, la vida».

Nuestra «configuración de mundo» es un dato cierto ... aunque generalmente está conformado por creencias, tradiciones, costumbres, prejuicios, supersticiones, información equivocada.

Volviendo al principio: actuamos con absoluta perfección pero «equivocarse es humano» porque tenemos una «configuración de mundo» imperfecta.

Cambio momentáneamente de tema para proponer que la responsabilidad es parecida a la Ley de la Gravedad, en tanto ambas nos aportan una sensación de peso, de carga; ambas nos consumen energía, nos cansan.

Nuestra natural tendencia a economizar energía (1) nos estimula la inteligencia para zafar (evitar, eludir) cuantas veces podamos el asumir un compromiso (responsabilizarnos) o hacer algún esfuerzo si es que podemos evitarlo.

Si nuestra «configuración de mundo» incluye la creencia en que es normal recibir asistencia extra de fuerzas sobrenaturales, quizá estemos delegando tareas en algo o alguien que no terminará haciéndolas y quedarán sin hacer (trabajar, producir, limpiar, ganar dinero).

En varios artículos (2) he comentado cómo esta «configuración de mundo» suele encontrarse en quienes viven dando gracias a Dios por estar vivos, por cada función corporal que aún conservan, por tener comida, alojamiento, porque imaginan que es normal que las personas «agradecidas» tengan «colaboradores omnipotentes».


 
 
 
 

10 comentarios:

Alicia dijo...

Pienso que las ideas de este artículo son muy importantes. Además pocas veces se tienen en cuenta. Son cosas sabidas dentro de algunos círculos pero en la realidad concreta no se aplican.

Macario dijo...

Si no entendí mal, actuar con absoluta perfección significa actuar de la mejor y única manera posible para cada uno. Desde este punto de vista, quedan borrados del mapa los reproches. Cosa buena.

Mª Eugenia dijo...

¿Quién dice cuándo nos equivocamos? ¿No era que no había forma de equivocarse?

Lucas dijo...

Los que dicen que nos equivocamos son a veces los demás y a veces nosotros mismos. También pasa que todos coinciden junto con nosotros mismos en que nos equivocamos. Habrá que asumirlo y conseguirse un abogado. Dicen que el del diablo es muy bueno.

Irene dijo...

Mi configuración de mundo es la que me tocó en suerte. Siempre estoy dispuesta a revisarla, pero necesito que alguien de afuera me ayude. Digo alguien de afuera porque no me sirve alguien que piense igual que yo.

A dijo...

¿Antes de salir del mercado hay que pagar la mercadería? ¿Y por qué? En el mercado se compra alimento para el estómago y alimento para el alma. El alimento es una necesidad básica, un derecho humano. El alimento no se paga. El alimento se produce o se roba, carajo!

Evangelina dijo...

Agradecer nos predispone a sentirnos dichosos al descubrir todas las bendiciones que tenemos. Eso de los colaboradores omnipotentes es parte de su humor irrespetuoso.

Lautaro dijo...

Al parecer los humanos ya descendemos de personas equivocadas. Los colaboradores omnipotentes están ahí para ayudarnos a reconocer todo lo malo que hicimos, que hacemos y que haremos. Estamos programados de esa manera.

Norton dijo...

El problema está en que tenemos creencias distintas. Si todos creyéramos lo mismo, habrían menos discusiones, menos disculpas y menos agradecimientos.

Shantih dijo...

Muchas veces la responsabilidad nos genera una sensación de gravedad, de peso. Ud dice que entonces algunos de nosotros salimos a agradecer todo lo bueno que tenemos como para hacerle frente a esas responsabilidades. La carta que nos guardamos en la manga, es la que dice ¨comodín¨. Esa vale para que dios, los santos y los ángeles, colaboren con nosotros alivianándonos la tarea. A mí me parece muy bien. La imaginación, la fantasía, las creencias y los ritos, son recursos. Recursos tan válidos como los recursos racionales.