Si no fuera porque mi marido
tiene una amante, me sentiría culpable de tener los míos.
9 comentarios:
Gladys R.
dijo...
Yo soy casada y tengo un amante. Mi esposo, creo que no tiene. Y yo no me siento culpable: soy mujer, soy hembra (dentro de la naturaleza), y hago lo que me pide mi cuerpo. Respondo al instinto, lo escucho. ¿Por qué vivir ocultándome a mí misma mis deseos, que son necesidades?
Sí Gladys, yo también opino que no hay motivos válidos para ocultarnos a nosotros mismos nuestros deseos. Como decía Borges: ¨el estilo del deseo es la eternidad¨. Somos sujetos deseantes y lo seremos hasta el día de nuestra muerte, pero moriremos en vida si los negamos.
Pienso que lo mejor es ser franco desde el principio. No es necesario el engaño. Si yo le digo a mi pareja que jamás será la única, y si ella está de acuerdo y quiere lo mismo, quiere ser libre, la pareja se asienta sobre bases sólidas.
9 comentarios:
Yo soy casada y tengo un amante. Mi esposo, creo que no tiene. Y yo no me siento culpable: soy mujer, soy hembra (dentro de la naturaleza), y hago lo que me pide mi cuerpo. Respondo al instinto, lo escucho. ¿Por qué vivir ocultándome a mí misma mis deseos, que son necesidades?
Sí Gladys, yo también opino que no hay motivos válidos para ocultarnos a nosotros mismos nuestros deseos. Como decía Borges: ¨el estilo del deseo es la eternidad¨. Somos sujetos deseantes y lo seremos hasta el día de nuestra muerte, pero moriremos en vida si los negamos.
Pienso que lo mejor es ser franco desde el principio. No es necesario el engaño. Si yo le digo a mi pareja que jamás será la única, y si ella está de acuerdo y quiere lo mismo, quiere ser libre, la pareja se asienta sobre bases sólidas.
Esperar a que mi marido tenga una amante para salir yo a tener el mío, me parece un arreglo tácito bastante chueco.
Nunca necesité amantes, pero entiendo que todos somos distintos.
Cuanto más capacidad de amor, más riqueza.
A mí me parece que lo importante es conectarse con lo que una desea. Empezar por ser franca con una misma, para poder ser franca con los demás.
Los deseos no son necesidades, pero ambos son muy fuertes.
El deseo es temeroso. La necesidad es arrojada.
No tengo marido, tengo amantes. Y por suerte ninguno de mis amantes tiene esposa. Pero todos ellos tienen amantes.
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