sábado, 3 de noviembre de 2012

La dueña de casa



 
 
Según cierta interpretación, la esposa es la dueña de casa y de todo, inclusive de su marido, aunque nadie lo reconozca.

En algunos matrimonios ocurre lo que describiré a continuación: Él hace un aporte económico mayor que ella y ella realiza menos gastos en gustos personales que él.

Por ejemplo, si los ingresos del hogar ascienden a 100, los gastos generales consumen 60, del remanente (40), él gasta 30 y ella 10.

Nunca faltan los justicieros que se enteran de esta asimetría y que, con la mayor buena voluntad y sin ningún ánimo de enturbiar las relaciones entre el hombre y la mujer, sugieren que estarían mejor las cosas si ambos gastaran la mitad del excedente (20 cada uno) y no como sucede ahora pues claramente ella está en desventaja.

A pesar de la buena voluntad de este asesor, que da respuestas sin esperar a ser consultado, podría ocurrir que ella resulte intelectualmente iluminada y comience a sentirse abusada por el compañero consumista.

Como ella no tiene interés en sembrar nuevos conflictos dado que felizmente estos surgen sin que nadie los cultive, argumenta que ese reparto no igualitario se debe a que él hace un aporte a los gastos del hogar superior al que ella puede hacer.

Si el asesor voluntario está atento y conserva aquel afán de justicia distributiva que lo llevó a realizar el primer planteo reivindicativo, le señalará a la señora que es un patético egoísmo gastar más porque aporta más, desconociendo las tareas no remuneradas que la señora realiza más que él.

La buena intención del asesor voluntario podría verse frustrada porque los integrantes de esta pareja se pelean cuando descubren que se abusan mutuamente.

Según otra interpretación, la esposa es la dueña de casa y de todo, inclusive de su marido, aunque nadie lo reconozca.


8 comentarios:

Clarisa dijo...

No sé por qué motivos hay hombres que retienen junto a su lado a la esposa, cuando todo parecería indicar que no la ama. De pronto lo errado es esto último, pensar que no la ama. Claro que existen formas de amar poco entendibles y hasta dañinas. Quizá el amor no esté libre de daños y perjuicios.

Cecilia dijo...

Las formas de vincularse con el dinero son tan variadas... tan variadas como las formas de amarse.

Gabriela dijo...

La mujer necesita la ternura del hombre. El hombre necesita tanto o más la ternura de la mujer, pero no se siente habilitado para expresarlo.

Natalia dijo...

Tener que repartir el dinero de una pareja a 50 y 50, parece bastante patético, pero si somos sinceros, estamos muy pendientes de que esa igualdad se realice y mantenga.

Osvaldo dijo...

Los cultivadores de conflictos siempre encuentran tierra fértil.

Verónica dijo...

Es demasiado fácil reconocer el abuso y demasiado difícil reconocerlo cuando te lo adjudican.

Maruja dijo...

Las más de las veces, el poder en la familia lo tiene la mujer. Y la muy tonta lo desperdicia.
Una mujer hecha y derecha se reconoce como tal y se siente orgullosa.

Elbio dijo...

Medir las asimetrías no es tarea fácil. Sobre todo medirlas en los humanos, que tenemos formas tan asimétricas.