Nadie puede enamorarse de Valeria. Ella es de otro mundo. Un lugar donde los hombres del Planeta Tierra se intoxican, se vuelven desconfiados, ceden sus derechos, pierden la alegría... y se les pulveriza la autoestima.
Mientras él se enamoraba de Valeria, Valeria se enamoraba de Guillermo, y Guillermo de Valeria. Entonces Guillermo le daba púa a la madre del otro, para que cayera en la cuenta de lo desconsiderado que se estaba volviendo su hijo desde que se había juntado con la tal Valeria.
Cada vez que Guillermo tenía razón, era porque se había adjudicado poderes que no le competían. Como el amigo estaba tan cómodo en esa situación como Guillermo, el pronóstico era que todo iba a seguir igual.
16 comentarios:
Pobre Guillermo!! Bruto Edipo.
No! Guillermo es el amigo. Andá a saber como se llama el edípico.
Que se enamore de Valeria nomás. Y que a la drema la llame día por medio.
Nadie puede enamorarse de Valeria. Ella es de otro mundo. Un lugar donde los hombres del Planeta Tierra se intoxican, se vuelven desconfiados, ceden sus derechos, pierden la alegría... y se les pulveriza la autoestima.
Guillermo tenía razón. Y no pensaba rescatarlo.
Mientras él se enamoraba de Valeria, Valeria se enamoraba de Guillermo, y Guillermo de Valeria. Entonces Guillermo le daba púa a la madre del otro, para que cayera en la cuenta de lo desconsiderado que se estaba volviendo su hijo desde que se había juntado con la tal Valeria.
Vos sí que no creés en nada Facundo!
Los mejores amigos a veces te rescatan, pero otras te dejan en Pampa y la vía.
Enamorarse no es tan grave. Pasa. Y si después surge el amor, todo se vuelve más disfrutable.
Cuando no llamaba a la madre, ella se le aparecía en la casa, entraba sin tocar timbre y comenzaba a prepararle el desayuno.
Lo peor Roberto, es que no contaba con que iba a tener que preparar desayuno para dos.
No sean tan duros con las madres! A ellas les cuesta desprenderse.
Me parece que la cosa es mutua. Cuando a la madre le cuesta cortar el cordón umbilical también es porque el hijo se aferra a él como a una liana.
Cada vez que Guillermo tenía razón, era porque se había adjudicado poderes que no le competían. Como el amigo estaba tan cómodo en esa situación como Guillermo, el pronóstico era que todo iba a seguir igual.
Valeria era dulce y paciente. Sabía comprender y esperaría.
Si no la llama, de pronto la madre al fin consigue novio.
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