sábado, 9 de agosto de 2008

Significante Nº 154

Se envició y no puede dejar de cometer delitos y de disfrutar el castigo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy empezando a entender qué es eso de disfrutar padeciendo. Estoy extrañando las críticas de mi madre que hace un mes se fue de nuestra casa.

Anónimo dijo...

¡Qué raro suena eso de que una madre se vaya de la casa! Me pregunto por qué no podría irse. Pero igual me suena como raro.

Patricia

Anónimo dijo...

Eso es justo lo que le pasa a mi perro. Está cebado.

Anónimo dijo...

Es lo que yo digo, Rulo pide límites.

Anónimo dijo...

Seriamente es difícil pensar en alguien que disfrute del castigo. Es una patología poco frecuente, al menos a simple vista.

Anónimo dijo...

Quien comete un delito rompe una atadura moral y probablemente libere una tensión inconciente que necesita ser contenida por su alto potencial de destrucción.

Anónimo dijo...

Soy maestra y siempre me ha llamado la atención la conducta de algunos niños. La sensación que dan es que hacen todo lo posible para que se los castigue. Como si estuviesen pagando alguna culpa.

Anónimo dijo...

Hacerse la víctima sólo tiene beneficios secundarios cuando se hace de manera hipócrita. Cuando se trata de un modo de comportamiento sobre el que la persona no tiene control, el disfrute (admitiendo que lo haya) sale muy caro.