Quien comete un delito rompe una atadura moral y probablemente libere una tensión inconciente que necesita ser contenida por su alto potencial de destrucción.
Soy maestra y siempre me ha llamado la atención la conducta de algunos niños. La sensación que dan es que hacen todo lo posible para que se los castigue. Como si estuviesen pagando alguna culpa.
Hacerse la víctima sólo tiene beneficios secundarios cuando se hace de manera hipócrita. Cuando se trata de un modo de comportamiento sobre el que la persona no tiene control, el disfrute (admitiendo que lo haya) sale muy caro.
8 comentarios:
Estoy empezando a entender qué es eso de disfrutar padeciendo. Estoy extrañando las críticas de mi madre que hace un mes se fue de nuestra casa.
¡Qué raro suena eso de que una madre se vaya de la casa! Me pregunto por qué no podría irse. Pero igual me suena como raro.
Patricia
Eso es justo lo que le pasa a mi perro. Está cebado.
Es lo que yo digo, Rulo pide límites.
Seriamente es difícil pensar en alguien que disfrute del castigo. Es una patología poco frecuente, al menos a simple vista.
Quien comete un delito rompe una atadura moral y probablemente libere una tensión inconciente que necesita ser contenida por su alto potencial de destrucción.
Soy maestra y siempre me ha llamado la atención la conducta de algunos niños. La sensación que dan es que hacen todo lo posible para que se los castigue. Como si estuviesen pagando alguna culpa.
Hacerse la víctima sólo tiene beneficios secundarios cuando se hace de manera hipócrita. Cuando se trata de un modo de comportamiento sobre el que la persona no tiene control, el disfrute (admitiendo que lo haya) sale muy caro.
Publicar un comentario