La amenaza de muerte es creíble pero la de olvido no.
9 comentarios:
Javier
dijo...
Si no puedo olividar a alguien, por orgullo o por defensa, me cuesta creer que ese alguien me pueda olvidar a mí. Suponemos que significamos para el otro, lo mismo que el otro significa para nosotros.
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Si no puedo olividar a alguien, por orgullo o por defensa, me cuesta creer que ese alguien me pueda olvidar a mí. Suponemos que significamos para el otro, lo mismo que el otro significa para nosotros.
Convengamos en que la segunda no es tan dramática.
No se puede vivir asustada por las amenazas.
Es favorable que el corazón se deshiele; así comenzará a latir.
Yo creo que al corazón se le hace esa forma de fantasía para que se asemeje a las tetas y la cola de una mujer.
Freud dijo que todo queda en el inconsciente, así que lo olvidado se puede traer a la memoria (con mucho esfuerzo y a veces).
Una de dos: el amor está perdiendo solidez, o está derretido de amor.
Generalmente la amenaza de muerte va acompañada de una memoria persistente del hecho que la provoca (a la amenaza).
A cierta edad, las dos amenazas son creíbles.
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