sábado, 7 de marzo de 2009

Poco pero mío

En un artículo publicado hoy con el título Los instintos ¿están para ser reprimidos? comento que el instinto más fuertemente reprimido es el de apoderamiento.

Toda la normativa sobre la propiedad privada, si bien es cierto que siempre es votada (propuesta, autorizada, respetada) por la mayoría de la ciudadanía, constituye un código represivo de uno de nuestros instintos más importantes.

Si bien esa aprobación popular está motivada haciendo centro en la protección de sus propios bienes, no repara en sus efectos secundarios: la distribución de la riqueza se vuelve particularmente desigual.

Recuerdo que en abril del año pasado publiqué un artículo titulado La vida vale más que una banana donde decía que una forma de cazar a los monos es poner una banana dentro de un recipiente con boca estrecha. Parece que ellos no atinan a soltar la banana cuando ven que no pueden sacar la mano de la trampa y eso equivale a perderlo todo (la vida).

Parecería ser que los que deberíamos ser «monos inteligentes», preferimos leyes que protejan lo poco que tenemos aunque indirectamente nos priven de una mayor calidad de vida.

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8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo diría que esto pasa porque todos tenemos aversión al cambio y al riesgo.

Anónimo dijo...

El título lo dice todo: "Poco pero mío".

Me parece que los que sabemos de hambre, somos más prudentes que los que sólo conocen la palabra.

Anónimo dijo...

Habemos personas que nos sentimos muy felices inventando formas de pasarla bien con lo mínimo. Otros se divierten buscan cómo conseguir más. Hay juguetes para todos los niños.

Anónimo dijo...

Espere que se me pase el estupor y después escribo

Anónimo dijo...

"La distribución de la riqueza se vuelve particularmente desigual"
y esto ud dice, como consecuencia de la defensa de la propiedad privada.
GUAAAUUU!!!
¿Se siente bien Licenciado?

(capaz que estamos frente a un caso de personalidad múltiple)

Lo felicito.
Habrá patria para todos!
Para el pueblo lo que es del pueblo!
Libertad o Muerte!
La propiedad privada es un robo!
La imaginación al poder!

Anónimo dijo...

Te hizo caer Guyunusa! Ahora vas a ver que la próxima va a argumentar en contra de la fidelidad por considerarla una expresión más de la propiedad privada.

Anónimo dijo...

Yo por no resignarme de perder a Juanita, al final me perdí a Lucía, Marianita, Carla, Alicia. Y cuando me dí cuenta era demadiado tarde.

Anónimo dijo...

Ah! Ud dice que como somos monos inteligentes preferimos vivir en la desigualdad pero que nos protejan a todos del robo. A los que tienen una chapa en el techo y a los que tiene un yate en el puerto. Perdón no había entendido. Esto que entendí ahora no me enfervoriza tanto.