Conozco una niña muy, muy rica, que quizo darle la cartita a San Nicolás en persona. Dicen que en la familia, por hacerle el gusto, buscaron entre sus amigos, alguien que se llamara Nicolás y que fuera casi santo. Al final les pareció muy engorroso y contrataron un viejo con barba.
Lo que querían saber esos niños era la declaración jurada de bienes de los reyes. Querían corroborar la correspondencia entre los bienes obsequiados y el patrimonio real de los obsequiantes.
11 comentarios:
Sí, y los obispos los atendían y de paso aprovechaban para solicitar una entrevista con el secretario del padre.
Los niños pobres cuentan con informantes más confiables.
Cuando el Papa fue a España, les tomó confesión a tres o cuatro jóvenes. Me imagino lo santos que habrán sido los pecados que inventaron!
A ud le parece que un jóven que disfruta la gracia de confesarse con el Papa, va a estar inventando pecados! En qué mundo vivimos, por Dios!
Eso está mal. Los obispos no tienen que brindar información confidencial. Además lo más seguro es que ni a ellos les hayan dicho.
Vaya uno a saber qué les decían. A los niños ricos siempre les dan la razón.
Conozco una niña muy, muy rica, que quizo darle la cartita a San Nicolás en persona. Dicen que en la familia, por hacerle el gusto, buscaron entre sus amigos, alguien que se llamara Nicolás y que fuera casi santo. Al final les pareció muy engorroso y contrataron un viejo con barba.
La realidad es lo de menos,
ellos son unos pintas buenos, alegres y divertidos,
son un trío simpaticón.
(alegres y divertidos va en el 3er verso)
Lo que querían saber esos niños era la declaración jurada de bienes de los reyes. Querían corroborar la correspondencia entre los bienes obsequiados y el patrimonio real de los obsequiantes.
Cuando llegué al colmo de la opulencia tenía un lomo!
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