martes, 27 de septiembre de 2011

Significante Nº 1.026

La alegría de cualquier director técnico es inversamente proporcional a la fe que le tenía a su equipo (más alegría, menos fe).

8 comentarios:

Alberto dijo...

Él siempre repetía que le tenía mucha fe a los muchachos.
Lo cierto es que la fe la tenía (capaz que era una inmensa e indiscriminada fe en la vida).
Y le convenía depositarla en los muchachos.

Norton dijo...

Ahora lo que le conviene es depositarla en una cuenta a la que no tenga acceso su empleada.

Ramón dijo...

Por eso la gente se alegra tanto cuando sucede un milagro: en realidad no tenían nadita de fe.

Paty dijo...

Obvio! por eso lo que la gente se pone como loca cuando gana la lotería.

Hugo dijo...

La alegría de cualquier director técnico es inversamente proporcional a la posibilidad de perder el puesto (más alegría, menos posibilidad de tomarte los vientos).

Anónimo dijo...

Tabárez no es cualquier director técnico. Es un director técnico con nombre que evoca a epopeya. Entre el maestro Tabárez y el indio Tabaré, solo hay una silenciosa z de diferencia. Y un indio que se precie, es un charrúa, un charrúa con garra. Por eso es tan fácil responderse la pregunta... Quién será aquel que acaso dirija los destinos del país otro lustro más. Ask the question. Tabaré, man.

Tania dijo...

Qué patético! Usar este espacio con fines proselitistas!

Roger dijo...

La alegría forma parte del muestrario de cualquier líder carismático.