domingo, 17 de mayo de 2009

Don Pablo

Aunque me lo contaron como verdadero, no sé si creerlo aunque es verosimil.

En un lujoso edificio habitado por familias ricas trabajaban varios empleados en forma permanente. Uno de ellos, el más antiguo, era el que regenteaba a los demás y —naturalmente— contaba con la confianza de los habitantes.

Este señor estuvo durante años robando a los dueños bienes cuya ausencia era difícil de notar. Por ejemplo:

— ropa que no se usaría hasta una próxima temporada y que podría haber quedado sin retirar de alguna tintorería;

— alhajas de quien —por su conducta— podría haberla perdido en cualquier lado;

— sumas de dinero que —para el nivel de gasto de la familia—, no desequilibrarían el presupuesto.

Si bien reconozco que estoy contando las andanzas de un ladrón, no dejo de reconocer en él particularidades muy valiosas: disciplina, moderación, inteligencia, sagacidad, perspicacia, poder de observación.

Cuenta esta historia que cometió un error tonto (no sé cual) y que fue despedido sin que a ninguna de sus víctimas se le hubiera ocurrido denunciarlo.

¿Por qué no lo denunciaron? ¿Porque en el fondo lo seguían apreciando? ¿Porque le tuvieron lástima? ¿Porque se identificaron con él? ¿Porque no creen en la justicia? ¿Porque alguna de sus cualidades la hubieran deseado para sí mismos?

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12 comentarios:

Amatista dijo...

Qué prudente al caco... y que suertudo. Si me lo hubiera hecho a mí, primero le pego y después lo mando a la cárcel.

Teresa Flores dijo...

Este Don Pablo pudo haber sido un niño que estudió en algún colegio de buen nivel pero la vida lo hizo descender en la calidad del trabajo.

A. G. Menchaca dijo...

En BAires ya denunciamos los homicidios y poca cosa más: no se cree ni en la federal ni en los tribunales.

Yoel dijo...

Déjeme adivinar respuestas para las preguntas del final: no lo denunciaron porque lo siguen apreciando, se identifican con él, no creen en la justicia y habrían deseado alguna de sus cualidades para sí mismos.
La verdad que todo esto da lástima.

López dijo...

Ahora caigo en la cuenta que el verano pasado me robaron a mi mujer!

Anónimo dijo...

¡Las alhajas son mías Pablo!!

Eduardo dijo...

Este señor es un ladrón de medio pelo y su única particularidad valiosa es la moderación.

Matías dijo...

Estos robos me hacen acordar a los que hacía cuando niño a la hora de la siesta.

Filomena dijo...

Una cosa es que la justicia es un imposible y otra es vivir en un "viva la pepa".

Mauro dijo...

Pablo es un ladrón de sangre fría.

Guyunusa dijo...

Don Pablo se beneficiaba sin perjudicar demasiado a nadie...lástima que le faltaba una cualidad bastante importante: dignidad.

Adriana dijo...

La lectura sistemática de estos blogs puede llevarnos por el mal camino.