domingo, 24 de febrero de 2008

Negrocios inmobiliarios

La expresión popular «No tiene dónde caerse muerto» significa que ese alguien «es tan pobre que no tiene para comprar la parcela de su tumba».

Todo muy claro, muy fácil de entender, pero, por supuesto, la duplicidad de las sentencias muy elementales es infaltable.

Yo desearía ser tan pobre que no tuviera dónde caerme muerto, no por la referida adquisición del inmueble sino para no morirme.

Así como es común escuchar «no pude ir a la fiesta que me invitaron porque no tenía qué ponerme», nuestra elástica cabecita piensa, —porque no da puntada sin nudo—: «no tengo dónde caerme muerto, entonces no me moriré. Ja, ja, ja: ¡que inteligente que soy! ¡Cómo le hice trampa a la muerte! ¡Perdió! ¡Conmigo perdió la muy hija de puta!».

Este es el motivo número 16542 para ser pobre. ¡Tengan paciencia que los iremos viendo a todos!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No me lo creo que este licenciado disponga de 16542 motivos para ser pobre. Supongo que está gastándose una broma.

Anónimo dijo...

Evaristo, lamentablemente creo que es al revés; él no tienen ningún motivo para ser pobre y nos va a atomizar con 16542 motivos PARA NO SER POBRES LOS QUE EL SUPONE QUE SOMOS POBRES, no se sabe si económicamente o en que sentido. Lo que está claro es que este hombre está librando una cruzada contra la pobreza.
Digo yo ¿no será que a él le está faltando algo muy pero muy importante?

Anónimo dijo...

Mi mejor amiga, que es muy confidente conmigo, me dijo que no iba a ir a la fiesta porque no tenía con quien ponerse.

Anónimo dijo...

nadie por mí cae muerto. ja, ja, ja ¡qué inteligente que soy, nadie va a lastimarme!

Anónimo dijo...

si soy pobre no tendré donde morirme, porque de los pobres es el REINO de los cielos, donde viviré eternamente como REY. Si soy rico puedo perderlo todo, puedo MORIR. Hay una canción que dice "menos mal que existen, los que no tienen nada que perder, ni siquiera la muerte". Estos versos apuntalan lo que acabo de decir, los que no tienen nada, no arriesgan a perder nada y no perder nada es ser ETERNO, INMUTABLE. Paradójicamente esas características las comparten tanto la muerte como dios, que en mi opinión sería la conceptualización humana de la satisfacción absoluta del deseo.

Anónimo dijo...

Aunque al final termines gastando más dinero, estoy a favor de pagar mensualmente el servicio fúnebre. Así te vas haciendo a la idea del final y de que nada en esta vida es gratis "ni siquiera la muerte"