Necesito estar a solas con mi muerto para ver si lo revivo. Pero él se niega. Dice que ya creció. Que ya fue niño. Dice que se llama Peter... y como una piedra muerta, se queda.
La muerte molesta a la muerte, por eso nos vamos muriendo de a poco. Si no fuera por esa molestia insidiosa de la muerte sobre la muerte misma, no llegaríamos a viejos.
12 comentarios:
Excelente!!!!!!
A medida que envejecemos, más necesidad vamos teniendo de conversar a solas con la muerte.
Necesito estar a solas con mi muerto para ver si lo revivo. Pero él se niega. Dice que ya creció. Que ya fue niño. Dice que se llama Peter... y como una piedra muerta, se queda.
A solas con mi muerte trato de hacer tratos justos para ambos.
La muerte molesta a la muerte, por eso nos vamos muriendo de a poco. Si no fuera por esa molestia insidiosa de la muerte sobre la muerte misma, no llegaríamos a viejos.
Cuando la Parca molesta, llamo a la Paca que tiene buen humor y siempre me hace reír.
Un hombre tiene derecho a estar a solas.
Y una mujer también.
La Parca siempre molesta porque anda casa por casa buscando al afilador.
Nunca le hagas favores a la Parca. Sobre todo si te pide que le laves la ropa. La túnica negra que lleva, no sabés como destiñe!
Mi muerte es solo mía.
Dos hombres pueden prosear con la muerte, pero cuando los tres se despiden, ella siempre sigue a uno de los dos.
La Parca deja de molestar cuando las dos que se reúnen a conversar con la muerte son mujeres.
¿Qué querés decir Fabián? ¿Que las mujeres somos muy charlatanas? ¿Que no le dejamos meter una a la Parca?
Bueno, a veces sí.
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