martes, 11 de septiembre de 2012

Significante Nº 1.292


En un remate compramos lo bueno por el triple de su valor y  lo inútil a muy buen precio.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Dígamelo a mí!!!

Hugo dijo...

Lo atractivo de los remates está en la puja. Uno se pierde en ese juego y termina pagando cualquier cosa.

Julio Carlos dijo...

A mí me da buenos resultados ir a los remates. Consigo cosas que escasean en el mercado a muy buenos precios.

Tiago dijo...

Es un disparate lo que se paga por una pintura, para dar un ejemplo. Anda por ahí una leyenda urbana que cuenta lo que le sucedió a un hombre con muy poca cabeza. Gastó una enorme fortuna en la compra de un cuadro y estaba muy satisfecho. No sólo por la inversión, según decía, sino porque para él era un placer muy especial sentarse a observar su cuadro. Un buen día se enteró de que había comprado una reproducción. Una excelente reproducción pero reproducción al fin. Él no lo había notado, a pesar de que en esas cuestiones era un experto. Desde ese día la pintura que había adquirido le generó una enorme frustración. Era idéntica a la original pero ahora le causaba furia.

Rosana dijo...

La furia era porque la inversión había resultado inútil. La frustración era porque había perdido muchísimo dinero. Porque lo habían engañado. Si miraba con bronca la pintura no era porque ahora le pareciera fea. Era porque a partir del engaño la pintura le enrostraba que había sido estafado.

Lucía dijo...

En un remate recuperé un reloj de bolsillo que mi padre había empeñado. Era de mi abuelo.

Gastón dijo...

Para comprar cosas inútiles no precisamos ir a un remate. En cada cuadra de la ciudad tenemos oportunidades.

Anónimo dijo...

Yo voy a los remates por la adrenalina.

Tiago dijo...

En un remate tenés la estúpida oportunidad de demostrar de manera clara que sos más solvente que los otros.

Elbio dijo...

Yo sé retirarme a tiempo. Jamás hago malas inversiones. Cuando el precio se infla desisto. Lo tomo como un negocio, no como una cuestión de amor propio.