lunes, 10 de septiembre de 2012

Significante Nº 1.291



La parte invisible de cualquier iceberg, solo es más de lo mismo.

4 comentarios:

Leticia dijo...

Es el mismo material, hielo ¿no?. La única gran diferencia es que la parte más grande está oculta a la vista.

Alicia dijo...

Nuestro inconsciente se maneja con leyes distintas a las de nuestra consciencia. Pero no son dos partes separadas. Están íntimamente relacionadas. Según el psicoanálisis nuestra consciencia intenta negociar con las pulsiones de nuestro inconsciente. Si pensamos que todo lo determina nuestra consciencia, podemos juzgar a las personas. Podemos decir es buena o es mala, esto es blanco y esto es negro. Pero si creemos en la existencia del inconsciente, todos somos en cierto sentido iguales. Iguales de queribles y detestables, sólo que unos pueden adaptarse más a las leyes culturales necesarias para vivir en sociedad. Ese no es un mérito, es una característica que no elegimos, como el color de la piel o la estatura.

Margarita dijo...

Cada vez que decimos ¨esto debe ser así¨, somos portavoces de nuestra cultura. En lugar de marcar únicamente lo que se debe (que por supuesto es necesario, tenemos que conocer las leyes del lugar en donde estamos), podríamos probar con dar lo necesario para que el otro pueda hacer lo que de él se espera. Por ej: a nuestros adolescentes les decimos todo el tiempo lo que deben hacer pero nos falta habilitarlos con nuestra confianza para que ellos puedan advertir qué es lo que deben hacer. Cuando les decimos ¨tú debes hacer esto¨, el mensaje oculto es ¨lo que estás haciendo está mal¨, ¨podés equivocarte¨, ¨tu vida puede convertirse en un infierno¨. No es que estas cosas no sean reales, lo decimos por experiencia y en el afán de ayudarlos a encontrar lo mejor para ellos. Pero mucho más elocuentes que nuestras palabras son nuestros hechos. Nuestros hijos nos observan, nos captan. También captan con enorme perspicacia las contradicciones de nuestra sociedad. A partir de ahí es que buscan su camino y nadie lo puede buscar por ellos. Creo que es necesario reconocer sus capacidades y realmente demostrarles nuestra confianza. No se van a equivocar más de lo que nos equivocamos nosotros. Y que todo les salga bien podrá ser nuestro deseo, pero no es una expectativa realista.

Gabriela dijo...

Cuando nos chocamos contra lo que no vemos nos lastimamos. Quizás sea la única forma de averiguar que allí donde no parece haber nada, hay algo.