El buen apostador apuesta la vida. Así que si se le va todo lo que ganó en comprar el casino, no le importará nada. Si luego no es un buen administrador del negocio, perderá y volverá a jugar.
Alguien dijo que somos seres de apuesta, en el sentido de que nunca podemos estar seguros del resultado de nuestras acciones. Los apostadores súper desarrollados, o ludópatas, sólo se diferencian del resto en que las apuestas que les insumen más tiempo de vida, son las que hacen jugando por dinero.
Si me regalan una camisa no la acepto. Si me regalan un viaje no lo acepto. Si me regalan un auto no lo acepto. Si me regalan una casa no la acepto. Si me regalan un casino... me pondrían a pensar.
9 comentarios:
Obvio, si no, no tiene gracia.
A casino regalado no se le mira el dinero.
El de la foto tiene pinta de mal apostador.
El buen apostador apuesta la vida. Así que si se le va todo lo que ganó en comprar el casino, no le importará nada. Si luego no es un buen administrador del negocio, perderá y volverá a jugar.
Alguien dijo que somos seres de apuesta, en el sentido de que nunca podemos estar seguros del resultado de nuestras acciones.
Los apostadores súper desarrollados, o ludópatas, sólo se diferencian del resto en que las apuestas que les insumen más tiempo de vida, son las que hacen jugando por dinero.
El buen apostador ya no podrá comprar el casino con el mismo dinero que le ganó. Ese dinero que le ganó forma parte de su pasado.
El billete es siempre el mismo porque siempre anda circulando. Salvo cuando muere porque su papel está muy viejo.
Si me regalan una camisa no la acepto. Si me regalan un viaje no lo acepto. Si me regalan un auto no lo acepto. Si me regalan una casa no la acepto. Si me regalan un casino... me pondrían a pensar.
Prefiero ganarle todo su dinero para después regalárselo todo de nuevo.
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