El psicoanálisis supone que la psiquis
colectiva piensa de manera similar a como piensa un individuo, pero nunca
igual.
Esto podemos verificarlo observando que los
colectivos:
— no tienen una noción clara de cuerpo pasible
de sufrir, como sí tenemos los individuos;
— por este motivo los grupos son más audaces,
temerarios y necios;
— si fuera cierto que «dos cabezas piensan más que una», diez
cabezas piensan la mitad que una;
— la cultura
funciona mejor en soledad que en grupo, es decir, somos más educados (formales,
juiciosos) cuando nos sentimos individuos aislados que cuando nos sentimos
parte de un grupo.
Luego de
este prólogo les comento que probablemente se está produciendo un cambio de
mentalidad en los grandes colectivos, en lo que refiere a cómo pensamos (vemos,
suponemos, imaginamos) al Estado y a sus gobernantes de turno.
Muy
brevemente, antes el Estado era un padre pero ahora más bien es una madre.
Al padre le
pedíamos que nos ayudara, no solo solicitándole que nos diera trabajo (empleos
públicos) sino que además subsidiara la existencia de los pobres. Estas
aspiraciones era formuladas con una actitud respetuosa, no porque el Estado se
mereciera respeto, sino porque inspiraba miedo.
A la figura
paterna se le suponía severa, temible, brutal, con baja tolerancia a los
abusos, con sentimientos similares a los personajes duros que veíamos en el
cine, especialmente entre los héroes de las películas de cow-boys.
El cambio
que está produciéndose es que los Estados ahora son percibidos como madres.
A la madre,
más que pedirle le exigimos que nos resuelva los problemas («porque para eso
está»), más que subsidiarnos tiene que resolvernos absolutamente todo.
Porque
«ella» es más tolerante, nuestra conducta ha empeorado.
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8 comentarios:
No sea malo! Diez cabezas piensan la mitad de una en algunas situaciones particulares de patoterismo. El trabajo en equipo da resultado.
La tolerancia a veces empeora las conductas y otras veces las mejora. Lo digo desde mi experiencia como madre.
Puede que estemos exigiendo más al estado, cuando de nuestros derechos se trata. Pero claro, irse al otro extremo, de pedirle que nos resuelva todo, es una actitud muy infantil.
Mi padre tenía un buen empleo público, y pudíendolo hacer, nunca me ayudó para que entrara a trabajar en la organización estatal donde él estaba. Además yo quería entrar a trabajar ahí. En fin... capaz que de última me hizo un favor.
Supongo que ud le llama maternales a los Estados gobernados por la izquierda.
Tendríamos que tener una figura paterna como Ministro de Economía, una figura materna para el Ministerio de Relaciones Exteriores y un andrógino para el Ministerio de Interior.
De pronto es cierto que nuestra conducta empeoró y por eso tenemos más sensación de inseguridad. Además da más protección ante las agresiones provenientes del exterior, un padre que una madre.
Sin embargo a ese estado que inspiraba miedo, se lo enfrentó, aquí en nuestro país, por medio de la guerrilla armada.
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