Textos pequeños pero concentrados.
Por eso pedimos que nos lean la borra del café: para saber cuál es la hora que debemos evitar.
Espero que la muerte no me cite con anticipación.
Para qué exigirle demoras. No me gusta perder el tiempo.
Entreno para correr más rápido que la muerte.
Será la hora que Dios quiera.
La muerte es tan implacable como el reloj.
No me importa si es puntual o impuntual. Lo que quiero es que sea rápida.
Quiero que se retrace y cuando llegue me lleve dormida, de un viaje a otro.
Deseo que la muerte no se me vaya presentando de a ratos. Que no esté visitándome todos los días. Cuando tenga que venir, que venga. Y que me encuentre de pie.
La hora nos acompaña en cada instante.
El reloj y la muerte corren aproximándose.
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11 comentarios:
Por eso pedimos que nos lean la borra del café: para saber cuál es la hora que debemos evitar.
Espero que la muerte no me cite con anticipación.
Para qué exigirle demoras. No me gusta perder el tiempo.
Entreno para correr más rápido que la muerte.
Será la hora que Dios quiera.
La muerte es tan implacable como el reloj.
No me importa si es puntual o impuntual. Lo que quiero es que sea rápida.
Quiero que se retrace y cuando llegue me lleve dormida, de un viaje a otro.
Deseo que la muerte no se me vaya presentando de a ratos. Que no esté visitándome todos los días. Cuando tenga que venir, que venga. Y que me encuentre de pie.
La hora nos acompaña en cada instante.
El reloj y la muerte corren aproximándose.
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