jueves, 3 de febrero de 2011

Significante Nº 833

A un reprimido se lo reconoce porque se ríe burlonamente de quien exhibe sin vergüenza, alguno de sus tanto deseos que se anima a satisfacer.

8 comentarios:

Rogelio dijo...

Cuando la gente comenzó a incluir al cine como parte de su vida cotidiana, yo era el único que llevaba pop para comer mientras miraba la película. Todo el mundo me miraba como si fuera loco, otros me chistaban para que no hiciera ruido, y mis amigos se burlaban diciendo que era un gordito mariquita.
Hoy vivo de la venta de esas máquinas maravillosas que lo producen en el hall del cine. Ese aroma vainillado inconfundible ameniza la tediosa espera para entrar a la sala. La gente lo compra en paquetes cada vez más grandes; incluso para algunos, el cine no es cine sin palomitas de maíz y refresco.

Líber dijo...

Algunos sacan lo reprimido afuera, sin ninguna vergüenza, porque lo que quieren es avergonzar a otros.

Yenny dijo...

Exhibir mis deseos me cuesta.
Ahora sí, cuando voy a la playa, no escondo mi cuerpo. Al que le moleste, tiene otras carnes que mirar.

Flavia dijo...

Siempre tuve reprimido el deseo de hacer cosas para verme más linda. Y recién ahora me doy cuenta, cuando empiezo a ser tomada por la envidia.

Amaral dijo...

Gorda, siento la necesidad de decirte públicamente cuánto te quiero. Si reprimo los deseos de besarte, tú sabes... es sólo hasta que te quiten los puntos de la boca.

Lautaro dijo...

Apenas termino de satisfacer un deseo, el susodicho, no del todo contento, me pide más y más!

Canducha dijo...

Andá a saber si los que no reprimen sus deseos lo disfrutan. A menudo ni cuenta se dan.

Marta dijo...

La risa burlona es siempre sospechosa.