El jugador apostó a su mujer en la última partida. Ella, indignada, se fue y nunca más volvió. Él no para de buscarla para entregarle la fortuna ganada.
Estaba tan deprimido que en la última partida apostó el todo por el todo. Sus pensamientos oscuros le aseguraban que una vez más perdería. Pero no fue así. Ganó. Ahora busca a su mujer para darle todo el dinero y deshacerse de ella definitivamente.
9 comentarios:
Es una historia de amor conmovedora!
Le aposté a mi mujer! Cómo voy a apostar a mi mujer!
Ufa! uno tiene que oir cada cosas.
Justo! La única vez que gana y había apostado contra un divino que me había invitado a viajar en crucero.
Conviene viajar más ligero de equipaje.
Qué honor! Mi marido seguro que apostaba un camello.
Ese no es juego de hombres. Es más honorable la ruleta rusa.
Ella volvió siiiiii. Volvió y le pidió el divorcio para disfrutar su cuota parte sola.
Estaba tan deprimido que en la última partida apostó el todo por el todo. Sus pensamientos oscuros le aseguraban que una vez más perdería.
Pero no fue así. Ganó. Ahora busca a su mujer para darle todo el dinero y deshacerse de ella definitivamente.
no es que sea generoso: se dio cuenta que la cagó hasta el pelo!
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