viernes, 4 de febrero de 2011

Significante Nº 834

Una vez más concuerdo con ustedes: merezco este homenaje. Los elogios del orador pulen aunque desgastan pero dan brillo al bronce de mi ego.

11 comentarios:

Macario dijo...

Conozco egos de piedra que demoran mucho en desgastarse.

Normende dijo...

Aunque los elogios del orador desgasten al pulir, el brillo de mi ego, debo aceptar humildemente que jamás fui partidario de cultivar la falsa modestia.

Ingrid dijo...

La sobervia más sublime radica en rechazar con altivez, todo tipo de honores.

Ma. Eugenia dijo...

Qué rostro! Será que los políticos tienen un grupo de genes en común?

Líber dijo...

Tener facilidad en el manejo de la palabra (ser un buen orador), es un engaña pichanga (a propósito, qué es pichanga?).

Paty dijo...

Levantar la barbilla no favorece para salir bien en la foto, "señor homenaje".

Tiago dijo...

-No quiero una placa de bronce!
-Pero por qué señor, aquí todas placas las hacemos en ese material.
-He observado que cuando pasan los años, nadie las lustra.

Magdalena dijo...

Mejor hablemos de autoestima; suena más profesional.

Luján dijo...

Le juro que he orado, pero nunca me entregaron una placa.

Marcia dijo...

Cómo? En realidad de lo merece? Y entonces por qué van a dárselo?

Estela dijo...

Son todos una manga de envidiosos!