A cierta altura del poder, los límites tuyo/mío se difuminan y por ahí que quedas con un bolígrafo que era de otra persona. Y quien dice un bolígrafo puede decir cualquier otro bien o derecho. Me endiendes verdad?
No comparto en absoluto lo manifestado por S.G. Nadie, absolutamente nadie puede ni debe decidir el fin de la Vida de un Ser. Si Ivonne está quebrada, presumo que lo estará más aún, cuando tome conciencia del gravísimo error que puede llegar a cometer al solidarizarse y aceptar una pena extrema. Cabe destacar que existen otras formas de penar que no son tan drásticas, por ejemplo: cadena perpetua, se le resta libertad al individuo para que pague el precio de su aberrante actuación sin decidir sobre la culminación de su Vida porque la Vida es Sagrada.
Con respecto a lo que dice el comentarista anterior, estoy de acuerdo en que cada vida es sagrada, pero si a mí me dieran a elegir entre cadena perpetua y pena de muerte, elijo esta última.
Si un país tiene un altísimo índice de personas encarceladas, evidentemente algo de fondo está pasando. No creo que se trate (sin quitarle mérito) de la enorme eficiencia policial.
Quizás todo se pueda perdonar, pero la delincuencia de quienes nos gobiernan, aquellos a los que confiamos nuestro voto y delegamos nuestra representación, esa delincuencia es casi imperdonable.
10 comentarios:
Si todos tuviéramos escrúpulos y honestidad, no se haría ni la mitad de las cosas (buenas) que se hacen.
Es que hay que tener poder y escasos controles para no mantenerse honesto.
A cierta altura del poder, los límites tuyo/mío se difuminan y por ahí que quedas con un bolígrafo que era de otra persona. Y quien dice un bolígrafo puede decir cualquier otro bien o derecho. Me endiendes verdad?
He caído tan abajo como para solidarizarme con Susana Gimenez y aceptar la pena de muerte. Estoy quebrada.
No comparto en absoluto lo manifestado por S.G. Nadie, absolutamente nadie puede ni debe decidir el fin de la Vida de un Ser.
Si Ivonne está quebrada, presumo que lo estará más aún, cuando tome conciencia del gravísimo error que puede llegar a cometer al solidarizarse y aceptar una pena extrema. Cabe destacar que existen otras formas de penar que no son tan drásticas, por ejemplo: cadena perpetua, se le resta libertad al individuo para que pague el precio de su aberrante actuación sin decidir sobre la culminación de su Vida porque la Vida es Sagrada.
Con respecto a lo que dice el comentarista anterior, estoy de acuerdo en que cada vida es sagrada, pero si a mí me dieran a elegir entre cadena perpetua y pena de muerte, elijo esta última.
Sí, lo triste es que compiten. Ladrones de cuello blanco ¿no?
Si un país tiene un altísimo índice de personas encarceladas, evidentemente algo de fondo está pasando. No creo que se trate (sin quitarle mérito) de la enorme eficiencia policial.
Fabricio es otro más que piensa que el fin justifica los medios.
Quizás todo se pueda perdonar, pero la delincuencia de quienes nos gobiernan, aquellos a los que confiamos nuestro voto y delegamos nuestra representación, esa delincuencia es casi imperdonable.
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