El
pene tiene dos jurisdicciones: para uso urinario es exclusivo del portador y
para uso genital es exclusivo de quien lo excita.
11 comentarios:
Julia A.
dijo...
Yo pertenezco a dos jurisdicciones: una, policial; otra, judicial. Para algunos asuntos, coinciden. Las jurisdicciones del pene también pueden coincidir: cuando el dueño del órgano se auto-excita.
Volviendo al comentario de Julia, las juridicciones policiales y judiciales, tienen, como ella plantea, mucho que ver con el sexo. Cada uno de nosotros es su propio policía y su propio juez. La sociedad toda es policía y juez. El sexo no es libre.
Andan tantas y tantos exitando al pobre pene... En la vida real, en la vida imaginaria y en la simbólica. Es maravilloso lo que hacemos para manejarnos. Maravilloso porque no es nada fácil hacerlo de manera beneficiosa.
La jurisdicción del pene, su zona, es pequeña a la vez que vastísima. En un pequeño lugar del cuerpo masculino, hay una fuente de placer que necesita el deseo y la ternura.
11 comentarios:
Yo pertenezco a dos jurisdicciones: una, policial; otra, judicial. Para algunos asuntos, coinciden. Las jurisdicciones del pene también pueden coincidir: cuando el dueño del órgano se auto-excita.
Muy bueno el comentario de Julia!
Ahora, cuando el dueño del órgano se autoexita, es porque venía exitado por alguien o por algo.
Volviendo al comentario de Julia, las juridicciones policiales y judiciales, tienen, como ella plantea, mucho que ver con el sexo. Cada uno de nosotros es su propio policía y su propio juez. La sociedad toda es policía y juez. El sexo no es libre.
El problema empieza cuando nos creemos dueñas/os, del pene del otro.
Andan tantas y tantos exitando al pobre pene...
En la vida real, en la vida imaginaria y en la simbólica.
Es maravilloso lo que hacemos para manejarnos. Maravilloso porque no es nada fácil hacerlo de manera beneficiosa.
Además, Alicia, tampoco es fácil discernir cuál es la manera beneficiosa.
La jurisdicción del pene, su zona, es pequeña a la vez que vastísima. En un pequeño lugar del cuerpo masculino, hay una fuente de placer que necesita el deseo y la ternura.
El pene, tan poderoso y enhiesto, es frágil y sensible como una dama.
El uso urinario es celeste en la cima de una montaña, cuando deja caer la lluvia dorada hacia el cielo.
El pene entre las piernas de una mujer busca desaforado entrar al calor más hondo.
Un consolador puede imitar al pene y en ocasiones intentar sustituírlo. Pero un pene sin alma es desconsolado.
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