Un padre dentista no le da golosinas a sus hijos. Los hijos tenemos que verlas en las vitrinas de los quioscos y cada vez nos parecen más grandes y deliciosas.
La mayoría de los niños prefieren las golosinas dulces. Yo siempre preferí las golosinas saladas. Porque en definitiva, la vida es un valle de lágrimas.
10 comentarios:
Qué mirada terrible!
¿El padre dictatorial promueve el autocontrol?
Un padre dentista no le da golosinas a sus hijos. Los hijos tenemos que verlas en las vitrinas de los quioscos y cada vez nos parecen más grandes y deliciosas.
Aguantarse teniendo toda la dulzura del chocolate frente a una!!! y no poder... Oh! terrible desgracia...
Gordis, me parece que vas a tener que empezar a salir más seguido.
Dios le dio a Adán y Eva un árbol lleno de deliciosos frutos, y les prohibió que los comieran.
¨Gracias por el fuego¨, dijo un personaje de Mario Benedetti. Y ella (el personaje) se sintió una semidiosa, como Prometeo.
La mayoría de los niños prefieren las golosinas dulces. Yo siempre preferí las golosinas saladas.
Porque en definitiva, la vida es un valle de lágrimas.
Hoy estás poeta Facundo!!!
Me gusta, me gusta. Siga así.
Los hijos del padre dictatorial terminan por revelarse y no sólo le comen las golosinas. Le toman todo el whisky que tenía escondido en la alacena.
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