A
las mejores ideas se las reconoce porque cambian todo excepto los resultados
finales.
12 comentarios:
Louise M. A.
dijo...
Un grupo de animalitos venía caminando y se toparon con la base de una montaña. Suspendieron su camino. No podía subirla. Se dieron por vencidos. Más tarde, venían una hormiguitas por el mismo camino: llegaron a la misma montaña. Deseaban pasar: entonces, la rodearon. ¿Habrá sido esta una buen aidea?
Louise, a mí lo que me pasa es que cuando me dispongo a rodear la montaña, me viene hambre, sed, después sueño, frío... y encima en la ladera de la montaña todavía no pusieron ningún quiosco que venda cigarros.
Noooo! Yo quiero ideas que cambien los resultados finales. ¿Y si ahora nos estamos preparando para sentar las bases de los cambios contundentes del s. XXII? Espero que San Pedro nos preste la pantalla gigante... esa no me la quiero perder!
Todo había cambiado, pero en definitiva todo seguía igual. Estaba en otra tierra, mis muebles los había recogido de la inmaculada basura, mis amigos hablaban el español de maneras insólitas. Yo seguía sentado en la misma postura, con las piernas cruzadas y sosteniéndome la cabeza.
Si es cierto que la excepción hace la regla, la regla es que no se cambian los resultados finales, pero se cambia todo sin cambiar. Si no aceptamos el cambio nada cambiará en nosotros. Todo cambia, nosotros cambiamos, él cambia y cambiará. Aunque no cambie nada.
12 comentarios:
Un grupo de animalitos venía caminando y se toparon con la base de una montaña. Suspendieron su camino. No podía subirla. Se dieron por vencidos. Más tarde, venían una hormiguitas por el mismo camino: llegaron a la misma montaña. Deseaban pasar: entonces, la rodearon. ¿Habrá sido esta una buen aidea?
Louise, a mí lo que me pasa es que cuando me dispongo a rodear la montaña, me viene hambre, sed, después sueño, frío... y encima en la ladera de la montaña todavía no pusieron ningún quiosco que venda cigarros.
La mejor idea para cambiar algo, es tomarse el tiempo necesario. Y si el tiempo no da, ya seguirán otros.
Noooo! Yo quiero ideas que cambien los resultados finales. ¿Y si ahora nos estamos preparando para sentar las bases de los cambios contundentes del s. XXII?
Espero que San Pedro nos preste la pantalla gigante... esa no me la quiero perder!
Estamos saliendo del Posmodernismo y se nos vienen los saltos cualitativos.
Pongo acá una frase del Hmno. José Luis Urrutia:
Nada cambió.
Yo cambié.
Todo cambió.
Nada cambió.
¿A quién no le ha pasado?
A las mejores ideas NO se las reconoce. Todo el mundo las ve, pero nadie quiere mirarlas.
Todo había cambiado, pero en definitiva todo seguía igual. Estaba en otra tierra, mis muebles los había recogido de la inmaculada basura, mis amigos hablaban el español de maneras insólitas. Yo seguía sentado en la misma postura, con las piernas cruzadas y sosteniéndome la cabeza.
Para llegar a buen puerto, primero hay que zarpar.
Qué comentario zarpado!!
Si es cierto que la excepción hace la regla, la regla es que no se cambian los resultados finales, pero se cambia todo sin cambiar. Si no aceptamos el cambio nada cambiará en nosotros. Todo cambia, nosotros cambiamos, él cambia y cambiará. Aunque no cambie nada.
Las ideas son rápidas y los hechos son lentos. Las ideas son contradictorias y los hechos contundentes.
POR FAVOR. No cambien nada más. Déjenme sufrir en paz mis cambios personales, que no tengo más remedio.
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