¡¿Qué
mundo le dejaremos a nuestros hijos?! y ¡¿Qué hijos le dejaremos a nuestro
mundo?!
8 comentarios:
Gabriela
dijo...
Wikileaks hace un intento por desbaratar el mundo que le estamos dejando a nuestros hijos. Estos hackers, han logrado mostrar la corruptela más oculta y secretos de Estado inconfesables. Aún no sabemos quién ganará la batalla, pero hay un camino que parece ya estar abierto.
Decir que la corrupción es un fenómeno humano es decir una obviedad. Pero vale la pena tenerla en cuenta. El resto de los animales no parecen ser corruptos; al menos para alguien como yo, que no soy especialista en ecoetología.
Podríamos pensar que la corrupción es el fruto de un cerebro desarrollado. Algo así como lo que llamamos inteligencia. La paradoja es que esa inteligencia, al final parece perjudicarnos.
Supongo que el corrupto está seguro y en paz con lo que hace. Tendrá sus justificaciones. Pensará que quienes no lo somos, somos estúpidos. Vaya uno a saber!
8 comentarios:
Wikileaks hace un intento por desbaratar el mundo que le estamos dejando a nuestros hijos. Estos hackers, han logrado mostrar la corruptela más oculta y secretos de Estado inconfesables. Aún no sabemos quién ganará la batalla, pero hay un camino que parece ya estar abierto.
Decir que la corrupción es un fenómeno humano es decir una obviedad. Pero vale la pena tenerla en cuenta. El resto de los animales no parecen ser corruptos; al menos para alguien como yo, que no soy especialista en ecoetología.
Lo que nos diferencia del resto de los animales no es el lenguaje. En todo caso es la escritura y la corrupción.
Podríamos pensar que la corrupción es el fruto de un cerebro desarrollado. Algo así como lo que llamamos inteligencia. La paradoja es que esa inteligencia, al final parece perjudicarnos.
Supongo que el corrupto está seguro y en paz con lo que hace. Tendrá sus justificaciones. Pensará que quienes no lo somos, somos estúpidos. Vaya uno a saber!
¿Y qué harán los hijos que dejaremos, con nuestro mundo?
Es raro. Por momentos parece que nada cambia. Otras veces parece que todo cambia de golpe. Y ambas cosas pueden ser ciertas.
Puede que no le dejemos un mundo a nuestros hijos.
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