Hay formas de acompañarse que son peores a estar solo. Cuando el otro nos acompaña por deber moral, por lástima, o por conveniencias que no se vinculan al amor.
Está bien que aclares, Blanca, que te referís a las conveniencias que NO se vinculan al amor. Porque podría aventurar que siempre hacemos lo que nos conviene. Es nuestro inconsciente el que decide en última instancia. A veces nos convienen conductas que desde el sentido común, parecen disparatadas o autodestructivas.
Por ej: me conviene dar amor para recibirlo, me conviene ayudar para gratificarme sintiéndome buena o mejor que los otros, me sirve ser generosa para que luego sean generosos conmigo.
En las peleas puede haber empate o puede que uno gane y otro pierda. En una pareja, si siempre hay empate, no se llega a ningún lado. Si gana o pierde siempre el mismo, la situación se vuelve insostenible.
Después de una discusión, se activa la circulación, uno se siente revitalizado, con ganas de ir para adelante. Aunque a veces no. A veces te dan ganas de destruir al otro de la forma más violenta, y como no podés, porque reprimís la furia, entonces caes en un bajón que te inmoviliza.
9 comentarios:
No se puede negar que es una apasionada forma de relacionarse...
La mayor utilidad que tienen las riñas y disputas es apelar a ellas para divorciarse rápido.
Hay formas de acompañarse que son peores a estar solo. Cuando el otro nos acompaña por deber moral, por lástima, o por conveniencias que no se vinculan al amor.
Está bien que aclares, Blanca, que te referís a las conveniencias que NO se vinculan al amor. Porque podría aventurar que siempre hacemos lo que nos conviene. Es nuestro inconsciente el que decide en última instancia. A veces nos convienen conductas que desde el sentido común, parecen disparatadas o autodestructivas.
¿Y cuáles serían las conveniencias vinculadas al amor?
Por ej: me conviene dar amor para recibirlo, me conviene ayudar para gratificarme sintiéndome buena o mejor que los otros, me sirve ser generosa para que luego sean generosos conmigo.
Pelear por deporte es divertido. Sirve para entretenerse y medir fuerzas. Yo me peleo con mucho cariño.
En las peleas puede haber empate o puede que uno gane y otro pierda. En una pareja, si siempre hay empate, no se llega a ningún lado. Si gana o pierde siempre el mismo, la situación se vuelve insostenible.
Después de una discusión, se activa la circulación, uno se siente revitalizado, con ganas de ir para adelante.
Aunque a veces no. A veces te dan ganas de destruir al otro de la forma más violenta, y como no podés, porque reprimís la furia, entonces caes en un bajón que te inmoviliza.
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