Además de sufrimiento, enfermedad y vejez nos obligan a lidiar con nuestro orgullo y nuestro amor propio. Odiamos que los demás nos vean disminuídos en nuestras capacidades.
La última muerte llega después de que han muerto muchos seres queridos, después de la muerte de nuestra juventud y nuestra belleza, después de que han muerto un sinfín de oportunidades, de ocupaciones, ilusiones, capacidades, deseos y tantas cosas, que esa última muerte sólo merece desprecio.
12 comentarios:
De qué manera podríamos ser hospitalarios con entidades tan horribles!?
Respondiendo a Ma. Eugenia: evitando negarlas.
Para llevarse bien con la realidad hay que empezar por aceptarla.
Difícil llevarse bien con tres sucesos femeninos.
Son inquilinos que no pagan. Sólo cobran.
Atacamos las enfermedades, ocultamos la vejez y negamos la muerte.
Peor imposible.
Nos cuestan porque nos generan sufrimientos muy reales.
Además de sufrimiento, enfermedad y vejez nos obligan a lidiar con nuestro orgullo y nuestro amor propio. Odiamos que los demás nos vean disminuídos en nuestras capacidades.
Cuando la enfermedad es demasiado agresiva y no tiene salida, podemos terminar con ella antes de que ella termine con nosotros.
Fácil decirlo, difícil hacerlo, Facundo.
La última muerte llega después de que han muerto muchos seres queridos, después de la muerte de nuestra juventud y nuestra belleza, después de que han muerto un sinfín de oportunidades, de ocupaciones, ilusiones, capacidades, deseos y tantas cosas, que esa última muerte sólo merece desprecio.
A veces pienso que nos ganamos el derecho a ser malos.
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