domingo, 18 de diciembre de 2011

Los síntomas generan pobreza

Los enfermos con síntomas perjudiciales para el colectivo ganan menos dinero y/o pagan más impuestos.

Si veinte personas ocuparan una isla desierta, en poco tiempo comenzarían a replicar lo que hacen los países de gran población e historia: organizarse para vivir lo mejor posible.

Como la naturaleza nos hace diferentes, algunos tendrían don de mando y gobernarían y otros tendrían don de obediencia y serían los gobernados.

Pero el jefe supremo tendría que someterse a las decisiones de la mayoría porque cuando se juntan varios «gobernados», logran ejercer una influencia superior al poder supremo.

No pasaría mucho tiempo sin que comience a gestarse una política fiscal, esto es, la recolección de bienes (impuestos) para solventar los gastos comunes: construir caminos, combatir plagas, alimentar a los desvalidos.

Un poco más tarde se darían cuenta que los impuestos pueden también influir en el estímulo o desestímulo de ciertas actividades particularmente interesantes o perjudiciales para el colectivo: se le cobrarían menos impuestos a quienes tengan hijos y más impuestos a quienes consuman bebidas alcohólicas porque estas disminuyen el rendimiento laboral.

Ahora imaginemos otra escena similar a la anterior, pero que ocurra en la psiquis de cada uno de nosotros.

Mencionaré un mínimo detalle para que sea fácil de explicar (y leer).

Vimos que el consumidor de bebidas alcohólicas paga más impuestos que la mujer que gesta un futuro ciudadano. Nuestra psiquis, cuando interactúa con el resto de la sociedad se expone a algo parecido.

Algunos síntomas de origen psíquico (alcoholismo, fobias, irritabilidad, insomnio, etc.) limitan la capacidad generadora de dinero porque hacen que el compromiso con la sociedad sea atendido con menor energía, eficacia, altruismo.

Ganar menos dinero y pagar más impuestos tienen idénticas consecuencias: el ciudadano afectado pierde poder económico.

En suma: un menor compromiso social provoca pobreza patológica.

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10 comentarios:

Marcos dijo...

Los vicios cuestan caros, sobre todo cuando la sociedad se percata de los gastos implicados en atender sus consecuencias.

Laura dijo...

Los impuestos al tabaco y al alcohol están orientados a desestimular su consumo. Sin embargo no se logra el objetivo porque paralelamente se desarrolla el contrabando.

Hugo dijo...

La falta de salud mental empobrece al sujeto que la padece y a la sociedad, que se ve privada de los aportes que esa persona no puede realizar. Como se pierde por todos lados, el primer intento ha sido ignorar o esconder la enfermedad mental. Luego, en la medida que vender medicación y servicios de salud es rentable, se va buscando la forma de atenderla, pero sigue dando pérdidas.

Margarita dijo...

Muchas veces un mayor compromiso social es consecuecia de una mayor salud mental.

Adrián dijo...

Nuestra psiquis trata de autoregularse, por decir de alguna manera. Desde el principio se gesta en interacción con el afuera, la sociedad se encarga de estimular o desestimular las conductas que no le sirven y nosotros tomamos nota.

Filisbino dijo...

Ahora sería interesante definir cuáles son esas actividades que implican un mayor compromiso social.

Daniel dijo...

Algunas de nuestras características personales nos hacen menos aptos para ganar dinero y ser capaces de conservarlo.

Estela dijo...

Si fuera frecuente solicitar la atención psicológica y si con frecuencia esta fuera de buena calidad, entonces la capacidad de generar dinero de la mayoría, se vería enriquecida.

Rolando dijo...

Los impuestos también pueden servir para desestimular la vocación de acceso a bienes y servicios con baja oferta y alta demanda.

Alejandro dijo...

Mi compromiso social es atendido con menos energía porque tengo todos los síntomas de un trabajador necesitado de licencia.