domingo, 11 de diciembre de 2011

Significante Nº 1.086

Lo terrible me ocurrió al volver del baile, cuando la máscara que había llevado comenzó a recriminarme por todo lo que, según ella, le prohibí injustamente.

12 comentarios:

Joe Black dijo...

Apurémosnos! El baile está por terminar.

Graciana dijo...

Todas las prohibiciones tienen su razón de ser... aunque a veces esta razón sea completamente estúpida.

Edgardo dijo...

Sí, pasarla mal es algo tolerable. Pero pasarla mal y que encima te recriminen ya rompe la paciencia.

Hugo dijo...

Es que con la máscara puesta uno se ve tentado a sobrepasarse. Por eso de pronto prohibe demás.

Valeria dijo...

Está lleno de prohibiciones que podríamos romper sin perjudicarnos ni perjudicar a nadie.

Gloria dijo...

Imagine todo lo que se habría prohibido de haber ido sin la máscara!

Yoel dijo...

Es peor cuando la máscara se te desprende de la cara y empieza a hacer por su cuenta.

Tiago dijo...

Eso es lo que le pasa a las máscaras transgresoras. Nunca consiguen dueños que estén a su altura.

Lucio dijo...

Antes coleccionaba máscaras, pero cuando empezaron a hablar entré en la cuenta de que era más sano coleccionar estampillas.

Rubén dijo...

No! Las estampillas son peores. Tienen una fijación por el pasado insoportable.

Ma. Eugenia dijo...

Y por las prohibiciones justas no hubo reconocimientos?

Canducha dijo...

Para una máscara es fácil. Ella no tiene que enfrentarse 'al qué dirán'. Después de que quedan colgadas en la pared, se les acaban los problemas.