Vivo salvajemente, a cielo abierto. Una sola vez me asusté y fue cuando sintiéndome mal los buitres no paraban de sobrevolarme.
11 comentarios:
Adrián
dijo...
Como uno no llama para que alguien venga a cuidarlo, por una simple gripe, entonces se la banca solo, y se siente solo, y le parece que además de gripe tiene melancolía.
No alcanza decir que uno se asustó para que se entienda. Asustarse puede ir desde un pequeño respingo, hasta el terror que provoca la desorganización del pensamiento, las voces amenazantes, la certeza de que te persiguen y saben exactamente lo que estás pensando.
Alicia tiene razón. El susto puede ser peor que el miedo a lo oscuro, y a veces no te deja respirar, y no te deja mover. Todo lo que mirás te parece extraño. Hasta el dedo del pie.
Yo también vivo salvajemente. A cielo abierto hasta que anochece. Después me llevan bajo techo. Eso me hace sentir muy ahogado, pero mejor no se los digo. Prefiero antes el refugio que el hospital.
11 comentarios:
Como uno no llama para que alguien venga a cuidarlo, por una simple gripe, entonces se la banca solo, y se siente solo, y le parece que además de gripe tiene melancolía.
Si, los buitres tienen un sexto sentido, ellos descubren a la muerte cada vez que coquetea.
Por eso hay que enterrar el vómito.
Cuando el cielo se abre hay alerta roja en el Paraíso. No sabe la desesperación que se vive. Nadie quiere volver a caer en la Tierra.
No alcanza decir que uno se asustó para que se entienda. Asustarse puede ir desde un pequeño respingo, hasta el terror que provoca la desorganización del pensamiento, las voces amenazantes, la certeza de que te persiguen y saben exactamente lo que estás pensando.
Alicia tiene razón. El susto puede ser peor que el miedo a lo oscuro, y a veces no te deja respirar, y no te deja mover. Todo lo que mirás te parece extraño. Hasta el dedo del pie.
Yo también vivo salvajemente. A cielo abierto hasta que anochece. Después me llevan bajo techo. Eso me hace sentir muy ahogado, pero mejor no se los digo. Prefiero antes el refugio que el hospital.
La que vive como una salvaje y rodeada de buitres, es mi hermana. Ella es muy inmadura.
También hay que pensar en los pobres buitres, que sólo intentan sobrevivir.
Hizo algo usted por ellos, o se quedó regodeándose en el miedo?
Ahora hasta los buitres festejan el bicentenario!
A mí me sobrevuelan cuando estoy bien, porque saben que soy mucho de autoengañarme.
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