viernes, 22 de julio de 2011

Significante Nº 972

No entendí cómo mi hijo estaba agasajándome en el día del padre hasta que a la hora 24:00 en punto comenzó a molestarme como de costumbre.

8 comentarios:

Florencia dijo...

Todo agasajo tiene un límite, doc.

Lucas dijo...

El día del padre termina donde empieza el día del hijo.

Nico dijo...

El día del padre es todos los días... que me deja ir al fútbol.

Blanca dijo...

Seguramente él nada más deseaba seguir agasajándolo y ud había dado el día por terminado.

Lucho dijo...

Molestar es una forma de amor.
(pero que forma de mierda..)

Javier dijo...

Seguramente mis hijos me agasajarán el día entero y luego, al otro día, seguirán contagiados por la tolerancia, la buena onda y la simpatía.
Si total ser optimista no cuesta nada. La única precaución a tomar es no creérselo del todo.

Mariana dijo...

Mis hijos me hacen feliz con sus risas, su alboroto, esa energía contagiosa que despliegan desde que se levantan y que siguen desplegando después de que se acostaron y que seguirán exibiendo apenas se despierten mañana. Uf!.

Yoel dijo...

Quiero ver si mi viejo, por lo menos en su día, es capaz de aceptar un soborno bien intencionado.