El aburrimiento vuelve los días interminables y así la vida parece más larga.
9 comentarios:
Sofía
dijo...
Cuando paso en bus por la calle Propios a las 17:15 hs, siempre veo al mismo perrito mirando del mismo balcón del mismo edificio. El día que no lo vea más dudaré de mi propia existencia.
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Cuando paso en bus por la calle Propios a las 17:15 hs, siempre veo al mismo perrito mirando del mismo balcón del mismo edificio. El día que no lo vea más dudaré de mi propia existencia.
Por eso es que hoy en día a los chicos la adolescencia se les hace tan larga.
Por lo tanto, quien se haya ganado la vida eterna, que procure no aburrirse.
Decir que uno se muere de aburrimiento es una tremenda contradicción.
A mí no me parece; cuando estoy aburrida me la paso durmiendo.
Siempre sospeché que lo de Matusalén era algo subjetivo.
Por eso en invierno, los suecos de Laponia se la pasan suicidándose.
El aburrimiento es la madre de todos los vicios. Cuando los días de vicio se vuelven interminables, la vida se hace más corta.
El a-burri-miento vuelve todos los días. Si le digo que no tengo burro, le miento.
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