Pienso que todos somos envidiosos. Algunos muy poco y otros muy mucho. Lo que podríamos intentar controlar es la envidia, al menos para que no perjudique a otros, ni para que nos arruine la vida a nosotros mismos.
El que sufre mucho a causa de la envidia se autoengaña. Las personas que él cree felices también tienen sus problemas, como todo el mundo. Y la angustia no va en relación al tamaño de los problemas sino al manejo que hacemos de los mismos.
10 comentarios:
El control del poder político lo tienen los mismos que poseen el control económico.
La envidia no es una cuestión de ideologías.
Creo que más que los envidiosos son los ambiciosos los que tienen envidia, tanto del poder político como del económico.
Más que el control, lo que se precisa es el contralor.
La verdad es que a los envidiosos no tenemos nada que agradecerles.
Pienso que todos somos envidiosos. Algunos muy poco y otros muy mucho. Lo que podríamos intentar controlar es la envidia, al menos para que no perjudique a otros, ni para que nos arruine la vida a nosotros mismos.
El que sufre mucho a causa de la envidia se autoengaña. Las personas que él cree felices también tienen sus problemas, como todo el mundo. Y la angustia no va en relación al tamaño de los problemas sino al manejo que hacemos de los mismos.
Tanto el control del poder político como del económico, depende más de las coyunturas globales que de los mecanismos de control.
No estoy de acuerdo con Sandra. Países enteros han entrado en crisis por fallas en el control financiero.
Gracias a los envidiosos me doy cuenta de lo afortunado que soy.
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