martes, 19 de marzo de 2013

Significante Nº 1.435



A una familia normal se la reconoce porque cada tanto sus integrantes se reconcilian.

6 comentarios:

Carolina dijo...

Cierto Doc, y qué lindas son las reconciliaciones!

Rulo dijo...

No entiendo a las personas que te cortan el rostro de una vez y para siempre. Para mí son personas muy débiles que necesitan reafirmarse en sus convicciones porque no soportan dudar. Para seguir adelante tienen que apartar de si a todo el que contradiga su modo de vida o sus ideas.

Leticia dijo...

Así como dice Rulo es que se producen separaciones tajantes y definitivas entre padres e hijos, entre hermanos, entre grandes amigos. Lamentable. En esos casos uno de los dos tiene que ceder. Y si aún así no resulta, o si la afrenta es más grande que nuestra capacidad de perdón, entonces sí, se puede claudicar.

Marta dijo...

En las fiestas tradicionales la familia se junta por decreto, aún sin haber sanado las heridas que hay entre algunos de sus integrantes. No me parece recomendable. Primero reconciliarse, luego unirse al grupo.

Lucas dijo...

Lo peor es cuando la familia de ella se lleva mal con la familia de él. Los dos bloques se enfrentan de la manera más rastrera.

Eloísa dijo...

Cuidado con las peleas. A veces la capacidad de reconciliación tiene un límite. Llega un momento que te hartás. El desgaste existe.