miércoles, 29 de agosto de 2012

Significante Nº 1.281


El suicida y el cleptómano luchan contra el vicio de su propia mano.

11 comentarios:

Carolina dijo...

JAJAJAJA!!! Muy cierto Doc. Después de todo es preferible ser cleptómano.

Magdalena dijo...

El suicida no se envicia. En realidad lo que le sucede es que tiene el cerebro viciado de ideas desesperantes y tristes.

Yoel dijo...

Bueno, supongo que tanto al cleptómano como al suicida les pasa que hay algo muy fuerte que los puede. A unos para robar y a otros para robarse la vida.

la gordis dijo...

Yo lucho contra el vicio de una mano que corre hacia los dulces.

Selva dijo...

A veces pienso que todo lo que hacemos es vicioso. Vicioso en el sentido de que no lo podemos dominar. Hacemos lo que podemos y no podemos hacer otra cosa que la que hacemos.

Martín dijo...

Mi madre es tan mano larga que a veces me vienen ganas de suicidarla.

Morgana dijo...

Sí Martín! suicidarla, porque si la mataras encima te quedarías con la maldita culpa.
Inducirle el suicidio me parece una buena idea.
ESTOY BROMEANDO, CHE!!! no vayan a tomarme enserio.

Adriana dijo...

Lo de Morgana me lleva a asociar lo siguiente: puede que haya una agresividad imponente y reprimida, tanto en el cleptómano como en el suicida.

Ingrid dijo...

Muchos piensan que las manos tienen vida propia. Ellas aplauden mientras nosotros bostezamos. Ellas cocinan mientras nosotros pensamos en las vacaciones. Ellas acarician mientras nosotros pensamos en la tela de un vestido.
Las manos pueden ser bastante independientes. De eso no cabe duda.

Luisa dijo...

A veces se te aparecen unos impulsos tan gigantes que ni tiempo te da de luchar.

Gloria dijo...

Ni le digo lo que les pasa a los que luchan contra el vicio de sus propios pies. Terminan vagabundos y errantes.