Para entender el matrimonio basta recordar que un hombre podrá cambiar de esposa pero no de equipo de fútbol.
8 comentarios:
Luis Gregorio
dijo...
Los objetos de mayor valor para mí, son (en orden de importancia): los controles remotos, mi PC conectada, el sillón y las zapatillas, el auto, los amigos, una parrillada con un buen vino, y de vez en cuando, una mujer a punto...
El hombre contemporáneo, tal cual lo describe Luis Gregorio, está acostumbrado a ocupar el rol de espectador. Hombres de acción eran los gauchos de antes, que en primer lugar tenían a su caballo, y en segundo lugar el facón.
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Los objetos de mayor valor para mí, son (en orden de importancia): los controles remotos, mi PC conectada, el sillón y las zapatillas, el auto, los amigos, una parrillada con un buen vino, y de vez en cuando, una mujer a punto...
Hay algo seguro, el hombre que tenga por cabeza una pelota, jamás será mi hombre.
Nuestra identidad depende menos de quien elijamos para vivir que de como elijamos vivir.
Para desgraciar el matrimonio, basta con repetir el modelo matrimonial de nuestros padres.
No es mi caso, Morgana. Ya quisiera yo tener un matrimonio como el de mis padres!
El matrimonio no es algo que uno deba entender. A determinada edad todos esperan que uno se case, y ya está, uno se casa.
El hombre contemporáneo, tal cual lo describe Luis Gregorio, está acostumbrado a ocupar el rol de espectador. Hombres de acción eran los gauchos de antes, que en primer lugar tenían a su caballo, y en segundo lugar el facón.
Es más fácil acompañar en las buenas y en las malas al equipo de fútbol, que a la esposa.
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