Vivo olvidando porque no asimilo. Los recuerdos no se me fijan. Voy viviendo y los dejo caer. Para asimiliar todo lo que ha pasado necesitaría otra cabeza, otra cabeza distinta de la mía.
Los intelectuales de la cultura no son una raza, tienen algunos elementos en común pero son bastante distintos. Lo que sí, todos nos brindan elementos suficientes como para poder criticarlos. Ellos no exponen su cuerpo, ni su vida personal, pero exponen sus ideas, y nosotros se las hacemos trizas.
13 comentarios:
Sé de una intelectual que, después de leerse a sí misma, exclamó: "¡Qué bien que escribe esta autora!! ¿Quién es?"
Los intelectuales terminan aislados cuando se vuelven celosos de su manera de pensar.
A un intelectual de la medicina se lo reconoce porque no sabe dar una inyección.
Los intelectuales de la cultura son reconocidos cuando viven en un pueblo culto.
Es más fácil reconocerlos cuando viven en un pueblo remoto.
Todos tenemos una opinión, pero a veces no damos con ella porque nos la ocultamos.
Opino después de leer la crítica porque la verdad es que no confío en la diplomacia de mis opiniones.
Vivo olvidando porque no asimilo. Los recuerdos no se me fijan. Voy viviendo y los dejo caer. Para asimiliar todo lo que ha pasado necesitaría otra cabeza, otra cabeza distinta de la mía.
Los intelectuales de la cultura no son una raza, tienen algunos elementos en común pero son bastante distintos. Lo que sí, todos nos brindan elementos suficientes como para poder criticarlos. Ellos no exponen su cuerpo, ni su vida personal, pero exponen sus ideas, y nosotros se las hacemos trizas.
Ya no tengo tiempo para escribir críticas de cine; se me va todo el tiempo en contestar a los que me critican a mí.
Yo también... opino después de leer mi crítica, y más aún: jamás voy a ver una película que no haya comentado.
Nunca permito que la espontaneidad termine por dejarme mal parado.
Los que creen que me conocen, jamás me reconocen cuando opino.
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