martes, 21 de febrero de 2012

Significante Nº 1.119

¡Ja! Cómo no voy a desconfiar de las malas intenciones de la gente si son mis semejantes.

12 comentarios:

Ángela dijo...

Usted está pletórico de malas intenciones y se piensa que los demás son semejantes.

Beatriz dijo...

Mientras desconozca mis malas intenciones, seguiré asombrándome de la maldad ajena.

Rubén dijo...

Los que me volvieron desconfiado fueron los ventajeros.

Laura dijo...

Para desconfiar es necesario perder la inocencia, y perder la inocencia es necesario.

Valentina dijo...

Los padres que se pasan advirtiendo al niño acerca de las malas intenciones de la gente, lo convertirán en un ser en exceso desconfiado.

Raúl dijo...

La oveja negra no puede evitar sentirse extraña entre sus semejantes.

Efraín dijo...

Es natural la tendencia a olvidar la desconfianza, cuando salimos beneficiados.

Oliverio dijo...

Mis malas intenciones comenzaron a asustarme cuando descubrí que eran peores a las del resto.

Marcelo dijo...

Ser desconfiado me ha salvado de abusos, pero también me ha privado de buenos encuentros.

Facundo Negri dijo...

Aún con buenas intenciones he hecho daño...

Valeria dijo...

Como las intenciones nunca llegan a conocerse del todo, yo me fijo más que nada en los hechos.

Roberto dijo...

Me veo reflejado en los demás... por eso ando tan asustado.