domingo, 3 de abril de 2011

El pensamiento poético rentable

El lenguaje organiza nuestra forma de pensar de tal forma que una computadora puede quitarnos el trabajo con el que subsistimos.

Quienes vivimos de nuestro trabajo estamos enfrentados a una segunda Revolución Industrial.

En la primera los obreros atacaban de todas las formas las máquinas que competían deslealmente con ellos.

Las odiosas máquinas hacían el trabajo de muchos con la sola intervención de uno solo de ellos que supiera operarlas. El afortunado trabajador elegido conservaba su fuente de ingresos, pero todos los demás iban a la calle, privados del salario que les permitiera seguir viviendo.

No creo que podamos siquiera imaginar cómo vivieron aquellos obreros atacados por los avances tecnológicos.

Esa tragedia nos dejó una enseñanza de dudoso mérito.

Efectivamente, desde hace un par de décadas los adelantos tecnológicos en el sector informático están provocando la misma desocupación que ocurrió en la Revolución Industrial pero la reacción social es más tranquila, económica, silenciosa.

Esto me hace pensar que los (desconocidos) administradores del cambio están aplicando alguna metodología que desactiva la reacción agresiva que caracterizó a la Revolución Industrial.

Como nuestro modesto cerebro se guía por las apariencias, si no presenciamos un estallido social, si no vemos manifestaciones populares que arrasan las calles, si una turba enceguecida e incontrolable no saquea los comercios de comestibles, entonces «todo está en orden».

Este diagnóstico negativo, que yo considero realista, pero que felizmente puede ser equivocado, tiene una explicación, infrecuente pero atendible.

1º) Las computadoras sólo pueden hacer tareas estructuradas y lógicas.

2º) El lenguaje usado en prosa, es estructurado y lógico.

3º) El lenguaje usado en poesía, NO es estructurado ni lógico.

4º) Como solución hipotética, corresponderá poetizar nuestra forma de pensar, de ganarnos la vida, utilizando las computadoras para que hagan el trabajo estructurado y lógico que los humanos ya no haremos.

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13 comentarios:

Evaristo dijo...

Sigamos usando el lenguaje poético para comunicarnos. Lograremos que el postmodernismo se instale por bastante tiempo más. Sigamos desestructurando la realidad y creyendo en la ausencia de toda lógica existencial. Postmoderno = errante y desencantado.
Usemos la poesía, total qué me importa que el otro no me entienda. Todo es subjetivo, todo vale.

Oriente dijo...

Qué persona hay que ser para ponerse en contra del lenguaje poético.
Ponele azúcar al café, Evaristo.

Chapita dijo...

Me gustaría ser muy amigo de una computadora para complementarme y ser mejor. La que tengo en casa no me quiere, no se prende, me hace sentir que siempre estoy equivocado.

Gabriela dijo...

También me gusta esa pintura.

Rufino dijo...

Algunos optimistas dicen que el desarrollo tecnológico llevará a que desaparezca el trabajo y el dinero. Se vivirá con todo lo necesario casi sin necesidad de trabajar. Seremos dueños de una enorme parcela de tiempo libre... y que sea lo que Dios quiera.

Marta dijo...

Ahora la reacción social es más tranquila que en la revolución industrial porque no tenemos una cara visible a la que atacar.
Quiénes son los dueños de las acciones?

Facundo Negri dijo...

No podemos darnos cuenta de si todo está en orden o no, porque hace tiempo que vivimos sin ningún orden.

Ingrid dijo...

Sin dudas Facundo está equivocándose por tirarse a los extremos.

Norton dijo...

Cómo saber lo que podrán hacer mañana las computadoras?
(gente falta de imaginación!)

Morgana dijo...

Habrá un montón de trabajos que los humanos ya no haremos.
Suerte en pila.

Mariela dijo...

Personas como Morgana se aterrorizan ante la más mínima posibilidad de libertad. Y para no hablar de libertad -que puede ser bastante incoherente- digamos tiempo libre, o "tiempo a disposición".
De todos modos entiendo su postura porque los humanos hemos dado sobradas muestras de ser malos bichos. Si no nos mantienen cansados y ocupados, es impredecible lo que pueda pasar.

Elena dijo...

Si el ser humano avanzara culturalmente al mismo ritmo que avanza su tecnología, las contradicciones no serían tan grandes.
Hace un siglo, la humanidad vivía un período optimista de su historia, creía en la razón y el progreso. Creía en las posibilidades ilimitadas de la ciencia para contribuir a la felicidad humana. Hasta que vinieron las dos guerras mundiales. Ahí se vino el quiebre. Vimos que el progreso en realidad nos podía llevar a la destrucción. Vimos que el capitalismo sufría grandes crisis y que el socialismo real no se podía instalar. Descubrimos que los dioses no acudían en nuestra ayuda, y que la realidad era tan compleja que ningún discurso la podía abarcar.
Viviendo este estado de ánimo, desnorteados, apabullados por la complejidad, sólo somos capaces de vivir un presente contínuo. Parece que la historia no nos puede enseñar nada y que el futuro no nos pertenece. Nos ganaremos la vida de la forma que nos caiga en suerte.

Yoel dijo...

Elena se olvida de un hito importante en la historia de la humanidad: el descubrimiento del inconsciente. A partir de ese momento se volvió dificil argumentar cualquier proyecto optimista basado en el uso de la libertad.
Si estábamos hundidos, la verdad es que ahora estamos enterrados.