No me gustaría que mi marido fuese muy distinto a mí. Para empezar, y sin falsa modestia, yo soy linda y quiero tener hijos lindos, así que la belleza es la primera condición. Por otro lado, yo tengo dinero y no me gustaría que mi marido se aprovechara de mi situación, así que él deberá tener dinero también. En casa somos todos católicos; no caería nada bien alguien que profezase otra fe. Tampoco sería tolerable un hombre que defendiera ideas perimidas, que vistiera sin elegancia, que no tuviera una cultura amplia. Todos elegimos a alguien que se nos parece, eso evita desentendimientos. En cuanto a los defectos, por lógica, dos personas que se parecen tendrán defectos parecidos y ahí viene lo mejor: como nadie reconoce sus defectos, podremos pasar toda una vida sin enterarnos que los tenemos.
No puedo aceptarte como marido porque eres idéntico a mí y yo me conozco.
11 comentarios:
En cambio conocí a una mujer tan intolerante que soñaba casarse con su clon.
La aplaudo. Nada mejor que una autocrítica honesta.
Nunca aceptaría como marido a un tipo capaz de forzar tanto las situaciones.
De pronto ella le está poniendo demasiada seriedad a la cosa y él lo único que quiere es su pierna.
Esa mujer de seguro que se vinculó con la misma gente que ese hombre.
Juntos son dinamita... y casados explotan!
Creo que él intenta verla desde otro punto de vista.
No se preocupe, hombre! que si es idéntica a ud, no tardará en rogarle ella.
En el momento que uno decide casarse no se conoce demasiado.
Estos dos deberían ir a neuróticos anónimos.
No me gustaría que mi marido fuese muy distinto a mí. Para empezar, y sin falsa modestia, yo soy linda y quiero tener hijos lindos, así que la belleza es la primera condición. Por otro lado, yo tengo dinero y no me gustaría que mi marido se aprovechara de mi situación, así que él deberá tener dinero también. En casa somos todos católicos; no caería nada bien alguien que profezase otra fe. Tampoco sería tolerable un hombre que defendiera ideas perimidas, que vistiera sin elegancia, que no tuviera una cultura amplia.
Todos elegimos a alguien que se nos parece, eso evita desentendimientos.
En cuanto a los defectos, por lógica, dos personas que se parecen tendrán defectos parecidos y ahí viene lo mejor: como nadie reconoce sus defectos, podremos pasar toda una vida sin enterarnos que los tenemos.
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