domingo, 25 de abril de 2010

Los bisabuelos con blue-jean

Los gobernantes se embanderan con el clamor popular para que la mayoría piensen que son ellos los que lideran, o simplemente por seguirles la corriente con tal de que no molesten y los reelijan.

Algunos dicen que el poder está ahora mejor distribuido que antes, debido a que Internet permite que la información no pertenezca monopólicamente a un pequeño grupo.

Es extraño que la moda de los pantalones de jean sea tan longeva. Sesenta años en la preferencia de los jóvenes, es algo insólito.

También les comentaba en el artículo titulado Apagar el cigarrillo con 2 litros de agua, que igualmente insólita fue la pasión por tomar agua sin sed y la más reciente demonización del tabaco.

Estos fenómenos ratifican el determinismo (corriente que afirma que todos nuestros actos están provocados por muchas causas [conocidas y desconocidas]) y estos fenómenos también descalifican la creencia en el libre albedrío (corriente que afirma que las personas tomamos decisiones libremente).

Quizá el alcoholismo o cualquier otra dependencia del consumo de drogas, admite suponer que el afectado padece una alteración anatómica o fisiológica, que lo obliga a ingerir la sustancia cada cierto tiempo, pero en la ludopatía no interviene ninguna droga.

Efectivamente, quienes no pueden dejar de jugar y hacer apuestas, a pesar de causarse daños irreparables en su economía, en sus vínculos y hasta en su relación con la ley, padecen un desorden que les anula el control de sus actos.

En suma: los humanos tenemos ciertas conductas colectivas (moda, miedos, hábitos) que parecen caprichosas, irracionales, necias y también tenemos prácticas autodestructivas incontrolables.

El argumento más fuerte que tiene la creencia en el libre albedrío es que, por orgullo y soberbia de especie (nos creemos superiores a los demás animales), necesitamos pensar que somos amos de nuestras acciones.

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9 comentarios:

Eloísa dijo...

Qué infortunio! Los cristianos pecan de orgullo desde que se bautizan.

Evaristo dijo...

Necesitamos creernos amos de nuestras acciones porque pensamos que nuestras acciones son animaladas.

Pata dijo...

Nunca imaginé que al poco tiempo de entrar en la ludoteca, me convertiría en un ludópata.

Graciela dijo...

Cumplir 60 años y ser una flamante bisabuela, es demasiada desgracia junta.

Sarita dijo...

Nuestros actos están determinados por muchas causas o por una causa? Me parece que ud, así como me dice una cosa, me dice la otra.

Ingrid dijo...

También es insólito que los hispanos sigamos escribiendo "jean" en lugar de yin.

el versero dijo...

Embanderarse con el clamor
debe ser
bastante perturbador.

Elbio dijo...

El ludópata se vuelve adicto a la adrenalina que le produce la emoción del juego. Lo psicológico no existe sin lo orgánico y visceversa.

Jorge dijo...

En el liceo me enseñaron que el hombre era superior a los animales porque no hacía siempre las mismas cosas, del mismo modo. Esa repetición infinitamente aburrida era propia de los animales. En aquel momento me pareció un argumento válido porque era un adolescente y no tenía la menor idea de como sería mi vida después.