La pobreza es un fenómeno que preocupa a muchas personas.
En lo que a mí refiere, le dedico muchas horas semanales a pensar en las causas psicológicas porque, como les decía en el artículo titulado El especialista mediocre, parece imposible replicar el desempeño de aquellos obreros del pensamiento renacentistas que podían abarcar varias disciplinas con sorprendentes producciones (Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Galileo Galilei)
Lamentablemente la necesidad actual de especializarnos desatendiendo otras áreas vinculadas (economía, sociología, política, religión), disminuye la productividad individual y se vuelve imprescindible trabajar en equipos multidisciplinarios.
En esas otras áreas han pensado —por ejemplo— que las causas de la pobreza son cinco, a saber:
1) la ignorancia que es «no saber algo» pero que algunos confunden con «estupidez» que es una deficiencia orgánica o «necedad» que es una deficiencia de la personalidad;
2) la enfermedad es causa de pobreza no sólo por la incapacidad de trabajar que produce sino también por el costo de dinero en la prevención aplicada a todos los sanos y la curación de los que efectivamente se enferman;
3) la apatía está generalmente asociada con la creencia en que Dios o Alá son los responsables de todo;
4) la corrupción que más empobrece proviene de los actos de traición que cometen algunos administradores de fondos públicos, quienes sin embargo reciben el tibio tratamiento que se le aplica a los delincuentes comunes;
5) la dependencia empobrece cuando es buscada por quienes tienen vocación de esclavos aunque vivan en un régimen no esclavista.
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10 comentarios:
El tratamiento que reciben los delincuentes comunes no es tibio. Al menos en mi país y en este momento. En cambio los administradores corruptos generalmente corren una mejor suerte, cosa poco lógica, porque delinquieron y además traicionaron a quienes les confiaron lugares de poder.
¿Las personas preocupadas de la foto, están rezando?
¡Se imaginan todos los recursos que ahorraríamos si elimináramos a todos los enfermos, a todos los profesionales de la salud, a todos los laboratorios, a todos los hospitales!
Me causa profunca tristeza pensar en todas aquellas personas que no abrazan a Dios. Son gentes que van a la deriva, viven sin ningún motivo y están presas del miedo.
Yo he perdido a mi hijo, el año pasado enviudé de mi marido, tengo una enfermedad incurable, asaltan con frecuencia mi comercio, y a pesar de todo vivo feliz. Sé que Dios tiene un plan para mí, y que todas estas son pruebas para fortalecerme y acercarme a la santidad. Él me quiere pura para cuando esté a su lado. Sé que estoy en sus manos y a nada le temo.
Me preocupa pensar que la ignorancia de todos va en aumento porque la producción de conocimiento va más rápido que nuestras posibilidades de asimilación. Con el correr del tiempo, cada vez más va a haber pequeños grupos de personas con saberes especializados y una enorme masa creciente de usuarios que no tenemos la menor idea de cómo se hace lo que usamos.
En la foto del trabajo multidisciplinario no parece que hubieran animadores, trapecistas, magos, atletas, futbolistas, músicos, maestros, motoqueros, patinadores, bailarinas, tangueros... y toda esa gente que puede enseñarnos a vivir con menos pobreza.
Admito que traicioné a la ciudadanía porque coloqué a un montón de corruptos en organismos estatales y lo único que hacen es aparentar que trabajan mientras dilapidan los fondos públicos.
Lo lamento pero no tenía otra; debía llenar la cuota política que le correspondía al partido.
De los 5 puntos que ud menciona, los psicólogos pueden ser útiles para eliminar 4 de ellos. El de la corrupción lo veo difícil; sólo se podría trabajar desde el punto de vista psicológico con un corrupto arrepentido.
No recomiendo beber café en las reuniones de equipos multidisciplinarios (salvo que sea descafeinado). No olvidemos que en esos equipos habitualmente circula una tención que más vale no estimular.
No creo que se nazca con vocación de esclavo. Por eso, cuando se detectan esas ideologías enfermizas, psicólogos y asistentes sociales tienen que poner manos a la obra. Esa mentalidad se puede cambiar.
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